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LOCARNO 2017 Competición

Goliath, o la paternidad como desafío

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- LOCARNO 2017: Dominik Locher estrena a escala mundial en la competición internacional por el Leopardo de Oro su segundo largometraje

Goliath, o la paternidad como desafío
Sven Schelker en Goliath

Dominik Locher ha presentado el estreno mundial en la competición internacional del 70º festival de cine de Locarno Goliath [+lee también:
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vuelve a tener la desintegración de una identidad como tema principal. El suizo, fino observador de una juventud que ha extraviado (quizá conscientemente) su certidumbre, nos regala un retrato frontal de un futuro padre.

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David (Sven Schelker) y Jessy (Jasna Fritzi Bauer) son dos jóvenes enamorados de rostro delicado que nos recuerdan a la Julieta y el Romeo de Zeffirelli. Viven en un pequeño apartamento de la periferia las pequeñas grandes aventuras que la vida les reserva. Ya no son adolescentes, sino adultos, y David y Jessy juegan, en efecto, a ser mayores hasta que un día la vida justamente los enfrenta a un acontecimiento que parece superarlos: un embarazo. David se echa a temblar y en lugar de verbalizar su angustia empieza a fabricarse un mundo imaginario y estereotipado hecho de superhombres (o, mejor, de superpadres), pisos convertidos en complejos medioburgueses y maridos multifuncionales. En una palabra: una vida de postal. El problema es que él no es ningún superhombre. David no es más que un chico con sus miedos y sus debilidades, preso de un presente cada vez más sofocante y un futuro de monstruosos augurios. Lo que desencadena esta inseguridad suya, que ya se intuía en él y que no hacía sino esperar el momento de estallar, es la agresión que sufre junto con Jessy en un tren en su regreso a casa tras una fiesta. Incapaz de protegerla, David parece perder el último ápice de esa masculinidad de revista a la que se agarra como si fuera su bote salvavidas. Desesperado y completamente desorientado, David arranca un descenso a los infiernos. Incapaz de encontrar dentro de sí la fuerza para afrontar sus futuros deberes, nuestro Romeo moderno intenta modificar lo único que todavía puede controlar: su apariencia. Así, llena su cuerpo de anabolizantes para transformarse progresivamente en el estereotipo ambulante de una masculinidad espantosa, violenta, sorda y grotesca.

Mediante la mutación de los cuerpos de sus protagonistas (la panza de ella, los músculos de él), Goliath juega con los estereotipos que, a pesar de todo, siguen oprimiéndonos: la dicotomía entre el hombre y la mujer, nuestro lugar en la sociedad, las seguridades a las que agarrarse, la sexualidad, la conveniencia social… Como no puede ver otra cosa que no sea el mundo de fábula que se ha construido, David se encierra cada vez más en su mundo (que se limita, al final de la película, no más que al gimnasio en que se entrena) para luchar contra un Goliath que acecha desde lo profundo de esa mentira que es su cuerpo. ¿Y si la verdadera masculinidad latiera agazapada en el saber admitir las propias fragilidades? Esto es lo que querríamos susurrar al oído de un David desgraciadamente demasiado absorto en su sueño de plástico para escucharnos.

Goliath es una producción de CognitoFilms junto con Zürcher Hochschule der Künste ZHdK y la Schweizer Radio und Fernsehen. Wide gestiona sus derechos internacionales.

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(Traducción del italiano)

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