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MÚNICH 2018

Crítica: Everything Always All the Time

por 

- La ligera comedia fantástica de Philipp Eichholtz tuvo su estreno mundial en Múnich y resulta entretenida a pesar de sus torpes intentos de crear profundidad psicológica

Crítica: Everything Always All the Time
Las actrices Martina Schöne-Radunski (izquierda) y Stella Hilb en Everything Always All the Time

¿Qué ocurriría si nos ofrecieran una oportunidad para cambiar nuestros órganos sexuales por un breve periodo de tiempo y de una manera fácil y barata? ¿Qué pasaría si tomáramos esta oportunidad por pura curiosidad, aburrimiento o simplemente por un capricho? Tomando en cuenta la forma en la que la gente se somete al bisturí por cualquier tipo de condición, el escenario que nos presenta Philipp Eichholtz en su cuarto filme Everything Always All the Time [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, resultaría aterrador si fuera real. Y aunque no lo es, este director toca algunos temas complejos en esta agridulce “dramedia” que se estrenó en la sección New German Cinema del Festival de Múnich, temas como el poder de la buena publicidad, la flexibilidad de los límites amorosos y las desastrosas consecuencias que se producen cuando los deseos personales son más importante que todo lo demás.

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Kim (Martina Schöne-Radunski) acaba de aprobar el examen para poder convertirse en piloto de aerolíneas en Suiza, pero en lugar de regresar a Alemania y celebrarlo con su novio, Andreas (Christian Ehrich), esta le hace una visita al Dr. Herbert Venningen (Hans-Heinrich Heidt) cuya clínica se especializa en cirugía de cambio de sexo. El filme comienza con una escena en su consultorio, Kim se encuentra recostada cómodamente en el sofá, diciendo con mucha naturalidad que le gustaría tener un pene. Venningen intenta explicarle el procedimiento de cambio de género pero ella lo interrumpe, insistiendo que todo lo que necesita es un pene. Momentos después la vemos revisando un catálogo de prototipos, “instantáneo y completamente funcional dentro de 24 horas”, como si fuera un niño que estudia el último catálogo de Lego antes de escoger su modelo favorito.

En alemán, el título original de la película significa literalmente “Kim tiene un pene”, lo que resulta muy diferente a su título internacional. Y sí, Kim tiene un pene, ¿pero para qué? Cualquier noción fantástica que esta podría haber tenido sobre el pene antes de la cirugía desaparece antes de la gran revelación a la audiencia. Ahora Kim se encuentra abrumada por su nuevo “paquete” y su apetito sexual resulta insaciable. Pero su novio no está nada feliz con este cambio tan radical, cambio que descubre sin ningún tipo de advertencia, y su mejor amiga Anna (Stella Hilb) piensa que ambos son unos pervertidos. Aun así, Kim considera quedarse con su nuevo juguete pasado el periodo de prueba de cuatro meses, el plazo para revertir el procedimiento. 

La lógica es irrelevante en la mayoría de estas historias de tipo “¿Qué pasaría sí…?” Y este también es el caso en este filme. El personaje de Kim está construido en base a muchas ideas, pero ninguna de estas se desarrolla completamente, lo que hace que sea difícil determinar si Kim se encuentra en una aventura de autodescubrimiento o si simplemente es como una niña malcriada y egoísta que lloriquea por un nuevo juguete que no quiere compartir con los otros niños.

Los torpes intentos del filme de crear una profundidad psicológica son reivindicados por algunos momentos graciosos e inolvidables, incluyendo la primera erección en la mañana de Kim y sus nuevos y extraños hábitos en el baño. El montaje firmado por Markus Morkötter es fluido y permite que algunas de las escenas menos coherentes encajen satisfactoriamente entre ellas, cosa que permite que la compacta duración de 84 minutos transcurra relativamente bien. En general, esta ligera comedia fantástica es una opción entretenida y cuenta con muy buenas decisiones con respecto a la música, incluyendo la pícara música original de Tina Pepper.

Everything Always All the Time fue producida por la alemana Von Oma Gefördert, y UCM.ONE tiene los derechos internacionales.

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(Traducción del inglés por Javier Campos)

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