03/08/2018 - LOCARNO 2018: Para su primera película, proyectada en la majestuosa Piazza Grande del festival de Locarno, David Roux utiliza dos actores fuera de lo común: Marthe Keller y Jérémie Renier

"Basada en hechos reales" y ambientado en un gran hospital francés, L'Ordre des médecins [+lee también:
tráiler
ficha de la película], proyectada en la Piazza Grande del Festival de Locarno, lógicamente podría abordarse con recelo temiendo encontrarse frente a la enésima película sobre las hazañas heroicas de médicos omnipotentes. Sorprendentemente, sin embargo, nada de esto logra afectar a una película que sorprende con su generosidad y sinceridad, que nos habla de las dudas, las esperanzas y los recuerdos que se escapan de las miradas y de los pequeños gestos de personajes terriblemente cercanos a cada uno de nosotros.

Hijo de jefes de medicina y hermano de un médico llamado, no por casualidad, Simon, como el protagonista de la película interpretado maravillosamente por Jérémie Renier, David Roux usa el microcosmos del hospital como pretexto para hablarnos sobre la vida, la suya y la nuestra. L'Ordre des médecins nos permite reflexionar sobre la fragilidad de nuestros sentimientos encarcelados en un cuerpo que, de cara a lo peor (la pérdida de un ser querido), explota dejando escapar toda la ira y la tristeza que guarda celosamente.

Los médicos a menudo representan para los pacientes la última esperanza, un ancla de salvación que les gustaría que fuera indestructible, a la cual se aferran ciegamente, con una fuerza que parece hercúlea. Los doctores sin embargo, como lo demuestra L'Ordre des médecins, son personas como nosotros, con sus límites y delirios, seres humanos conscientes de usar una máscara del Zorro esencial para seguir con la comedia de la vida. ¿Qué sucede cuando la muerte llama justo en su puerta? ¿Cuando, como sucede en L'Ordre des médecins, el dolor intenta hacer resbalar esa máscara? 

"Mantener a distancia la historia íntima necesitaba más esfuerzo que entrar en ella", dice David Roux, hablando del luto por la muerte de la madre que acompaña toda su película. Una inmersión en el abismo que se revela al mismo tiempo modesta y rica, sincera sin caer jamás en lo melodramático. Una hazaña que debe su éxito a una actriz, Marthe Keller, que brilla con una increíble fuerza pacífica. Como dos acróbatas, el director y su actriz caminan sobre un hilo muy sutil, uno entre la sinceridad y el sensacionalismo, sin nunca caer, pero logrando transmitir esa luz, esa ironía que brilla incluso en los momentos más oscuros.

Una película elegante e íntima que pone al descubierto nuestros sentimientos sin forzar la mano, y por esto le estamos agradecidos.

Pyramide International maneja los derechos mundiales de la película.

(Traducción del italiano por Lorena Zuleta)