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VENECIA 2018 Competición

Crítica: Dobles vidas

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- VENECIA 2018: En su primera película presentada en Venecia desde 2012, cuando compitió con Después de mayo, Olivier Assayas demuestra que nunca se habla demasiado, al menos no en Francia

Crítica: Dobles vidas
Juliette Binoche en Dobles vidas

En la inmensamente entretenida Dobles vidas [+lee también:
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, dirigida por el francés Olivier Assayas y presentada en la competición oficial del Festival de Venecia, Alain (Guillaume Canet) es un editor de libros parisino que intenta adaptarse al nuevo mundo dominado por la tecnología, al igual que todos los que le rodean. Su mujer, Selena (Juliette Binoche), es una actriz estancada en una popular serie de televisión que ya no le resulta gratificante, mientras que su amigo Léonard (un divertidísimo Vincent Macaigne) es un escritor de poco éxito que se ve forzado a discutir sobre las polémicas que sus novelas autobiográficas han desatado en Twitter.

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Atrayentes e irritantes al mismo tiempo, los personajes de Dobles vidas se centran exclusivamente en ellos mismos, mientras discuten acerca del número de lectores, la inminente transición digital y la cada vez menor relevancia de los críticos a la hora de influenciar los gustos del público, despertando bastantes risas por parte de los asistentes a la proyección en el festival.

Hablando de risas, estamos sin duda ante una de las películas más divertidas de Assayas desde hace años, tal vez la más divertida. A pesar de que a veces se excede demasiado, como con la broma sobre Julia Roberts haciendo de sí misma en Ocean’s Twelve, el guión es exquisito, dando a cada una de las personas involucradas su momento de gloria. Los protagonistas discuten, entablan relaciones extramatrimoniales y hablan. Hablan todo el tiempo, dejando una amplia selección de citas memorables.

Dado que la última película de Assayas, Personal Shopper [+lee también:
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, también se centraba en el envío de mensajes (y en lo sobrenatural, pero obviemos eso por ahora), está claro que las nuevas tecnologías y las múltiples formas en que pueden afectar a la vida de las personas es algo que le interesa profundamente. De hecho, es fácil imaginar al director francés teniendo exactamente las mismas conversaciones que sus personajes, con la excepción del debate acerca de si practicar sexo oral durante la proyección de La cinta blanca [+lee también:
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, de Michael Haneke, es más elegante que hacerlo durante Star Wars: El despertar de la fuerza. Eso sí que es un dilema.

A pesar de que la película se muestra segura a la hora de apuntar cómo está cambiando el mundo -no necesariamente para mejor-, y presenta debates sobre el nuevo panorama mediático y tecnológico, Dobles vidas tiene un aire retro muy característico. Tal vez trata sobre cuestiones globales, pero sigue centrándose en una parte muy pequeña del mundo: gente de mediana edad, de la misma raza y clase social, que tras pasar una noche de pasión se ponen a discutir sobre el cine de Bergman. Piensen en Woody Allen, pero con un vocabulario más técnico y mucho más vino.

Dobles vidas, escrita y dirigida por Olivier Assayas, ha sido producida por Charles Gillibert, de CG Cinema, y coproducida por Vortex Sutra, ARTE France Cinéma y Playtime. La película ha sido realizada con la participación de Arte France, Canal+, Cine+, Cinecapital, Cineventure, Cofinova, Indiefilms, La Banque Postale Image, Manon y Sofitvcine. Su agente de ventas internacionales es Playtime.

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(Traducción del inglés)

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