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LONDRES 2018

Crítica: Happy New Year, Colin Burstead

por 

- El director británico Ben Wheatley se deleita con un festivo drama familiar en su película más convencional hasta la fecha

Crítica: Happy New Year, Colin Burstead
Neil Maskell en Happy New Year, Colin Burstead

La nueva película del inconformista realizador británico Ben Wheatley (A Field in England [+lee también:
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) presenta ciertas similitudes con La celebración, de Thomas Vinterberg (Dogma 95), tanto por el dinamismo del trabajo de cámara como por su historia, centrada en un drama doméstico. Happy New Year, Colin Burstead, proyectada en competición el Festival de Cine de Londres - BFI, arranca con imágenes casi documentales en las que se nos presenta a una serie de personajes -la extensa familia de Colin (Neil Maskell), así como algunos amigos y oportunistas– que llegan a una mansión familiar para celebrar juntos el Año Nuevo. El extenso grupo de invitados está estrechamente conectado entre sí, ya sea a través de lazos sanguíneos o de algún tipo de relación sexual, por lo que la tensión entre ellos es palpable. Como era de esperar, las antiguas rivalidades y conflictos no tardan en aflorar a medida que avanza la fiesta.

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A pesar de sus diferencias, todos están de acuerdo en que Gini (Hayley Squires) no debería haber invitado a David (Sam Riley), la oveja negra de la familia. Estamos ante una de las mejores interpretaciones de Riley desde Control [+lee también:
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(2007), el biopic sobre Ian Curtis con el que saltó a la fama y donde conoció a su compañera de reparto y actual esposa, Alexandra Maria Lara, que en esta ocasión interpreta a Hannah, la novia alemana de David. Riley y Lara se compenetran perfectamente en pantalla, ya que el personaje de Hannah actúa como contrapunto y referente moral cada vez que a David le asaltan pensamientos perversos. Todos los demás no ocultan su enfado hacia él, tanto por haber puesto a su padre (Bill Paterson) en una situación financiera desesperada como por su pasado irresponsable.

La cinta supone un agradable cambio de tono y ambientación en la filmografía de Wheatley, acostumbrado a utilizar la violencia para generar tensión y hacer avanzar la trama. La historia funciona principalmente porque tanto los personajes como la situación nos resultan familiares, al igual que sus dilemas morales e inseguridades, con los que podemos empatizar fácilmente. A pesar de centrarse en David, Wheatley también se deleita ofreciéndonos pequeñas pinceladas sobre los demás invitados, mostrando sus sentimientos ocultos, celos y amarguras. Sin embargo, hay que reconocer que no todas las escenas, algunas de ellas improvisadas, ni la totalidad de los personajes funcionan igual de bien. De hecho, si Wheatley no se hubiese hecho cargo de las labores de edición, además de escribir y dirigir la cinta, algunos personajes tal vez no habrían superado la sala de montaje. 

Esta es la película más convencional de Wheatley hasta la fecha, lo cual decepcionará a sus seguidores más fieles, acostumbrados a su estilo subversivo. Por otra parte, es muy probable que la BBC, que tiene previsto estrenar la película estas Navidades en distintos países, esté encantada con el carácter más alegre y familiar de la cinta.

Happy New Year, Colin Burstead es una producción de la británica Films Rook Films, apoyada por BBC Films. Goalpost Film se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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