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ASTRA 2018

Crítica: Ink of Yam

por 

- El director alemán Tom Fröhlich explora la difícil situación en Jerusalén desde una perspectiva nueva y pertinente

Crítica: Ink of Yam

El director alemán Tom Fröhlich se posiciona categóricamente (“el gobierno no son los ciudadanos”) en su primer largometraje documental, Ink of Yam [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, ganadora del premio a Mejor Documental Estudiantil (ver noticia) en la 25ª edición del Astra Film Festival (15-21 de octubre, Sibiu). El documental, que se rodó en un estudio de tatuajes de Jerusalén, muestra las interacciones de los dos tatuadores del estudio con sus clientes, pertenecientes a diferentes entornos y religiones, con lo que se crea un sugerente escenario que quizás resulta más relevante e instructivo que la cobertura mediática acerca de Jerusalén y la situación política en Israel.

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“Explosión, silencio, sirenas, gritos”. Cuatro palabras que describen la difícil realidad de Jerusalén, una ciudad con una historia complicada, cuyos habitantes (ya sean musulmanes, judíos o cristianos) son víctimas de un conflicto en curso promovido por las autoridades israelíes. Con estas cuatro palabras, el tatuador Daniel Bulitchev, que nació en Leningrado pero actualmente reside en Jerusalén, resume el miedo y el descontento debido a la peligrosa realidad de la ciudad. A sus palabras se suman las de su compañero más taciturno, Poko Haim, pero también las de varios clientes, cada uno de los cuales tiene algo que decir sobre qué significa para ellos la ciudad, su religión y el conflicto.

Gracias a la elección del estudio de tatuajes como escenario, Fröhlich consigue no solo obtener información personal (y también sincera, muy probablemente) de las personas a las que captura su cámara, sino también hablar de una especie de filosofía del cambio, de una evolución hacia algo diferente. Presenta una interesante perspectiva sobre el control de la propia vida (cuando una bomba puede acabar con tu vida en cualquier momento, ¿puede de verdad un tatuaje hacerte sentir que tienes el control o que estás seguro?), pero también del dolor y de las contradicciones de ser de Jerusalén.

El territorio, el control, la historia, el sufrimiento, el peligro, la estabilidad y el sentimiento de pertenencia tienen cabida en las conversaciones que se mantienen en hebreo, en árabe y en inglés. Para un público general que solo conoce Jerusalén e Israel por las noticias, que se centran en las declaraciones belicosas de líderes locales, Ink of Yam va mas allá de la cortina de humo y muestra un panorama muy diferente, lleno de miedo y esperanza. Las diferencias entre lo que piensan los israelíes y lo que hace su gobierno pueden extrapolarse fácilmente a cualquiera de las posturas extremistas adoptadas por diversos líderes mundiales. ¿Comparten su postura los ciudadanos? Probablemente no.

La conversación con un ex adicto al juego que se está tatuando un comodín en la parte interna del brazo puede hacerse un poco larga, pero alberga la solución que pondría fin a una situación de destrucción. Es posible que él no sea consciente de la similitud entre su adicción al juego y las continuas inversiones de Israel en el conflicto en curso, pero quizás el director haya seleccionado especialmente su confesión para ilustrar su filosofía acerca del final de una realidad peligrosa. Las preciosas imágenes de Jerusalén, sus calles y su paisaje árido y descontrolado son signos evidentes de que probablemente muchos otros compatriotas compartan en gran medida las opiniones de los clientes del estudio de tatuajes.

Ink of Yam ha sido producida por la Universidad de Darmstadt.

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(Traducción del inglés por Marina García Gómez)

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