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BERLINALE 2019 Berlinale Special

Crítica: Clara y Claire

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- BERLÍN 2019: Una Juliette Binoche de cincuenta años, ávida de amor, rejuvenece en el mundo virtual en la adaptación de Safy Nebbou de la novela de Camille Laurens

Crítica: Clara y Claire
Juliette Binoche en Clara y Claire

“Para la gente como yo, las redes sociales son un arma de doble filo”. El director francés  Safy Nebbou dirige a Juliette Binoche en el papel de una mujer atrapada en un desdoblamiento de identidad que le devuelve la ilusión de la juventud y del amor. La historia es una adaptación de la novela Clara y Claire [+lee también:
tráiler
entrevista: Juliette Binoche
ficha de la película
]
(Celle que vous croyez), de Camille Laurens

El largometraje, presentado en la gala de la 69ª edición de la Berlinale, debe mucho a la interpretación de su actriz principal ya que a pesar de estar dividida en episodios, no es fácil interpretar con intensidad una historia donde la protagonista pasa mucho tiempo delante de la pantalla del ordenador o del móvil,  ya que el intercambio de mensajes vía Facebook es el elemento principal de la película. Se necesita una gran actriz para sostener una película así e interpretar a una mujer abandonada por su marido, presa de una honda tristeza, de noches de insomnio combatido con Valium, en un desierto sentimental y frente al abismo que supone mirarse al espejo pasados los 50 años, cuando el potencial de suscitar el deseo se desvanece con el inexorable paso del tiempo.

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“Una mujer como yo, con los párpados un poco caídos y la piel seca”. Así es como Claire (Juliette Binoche) se describe a sí misma ante su nueva psicóloga (Nicole Garcia), mientras se abre un flashback donde vemos a esta docente universitaria de francés siendo humillada por Ludo (Guillaume Gouix), su amante ocasional (“No sé por qué me llamas, podría ser tu hijo”). Intenta acercarse a él, vía Facebook, a través de su amigo Alex (François Civil). Para ello, se inventa un perfil: Clara Antunes, de 24 años. Un alter ego virtual que cobrará más importancia (“Cada palabra era elegida con cuidado. Un error de ortografía y la magia podía desvanecerse”) a medida que se desarrolla el flirteo. Después, una foto (la de una “desconocida”) e intercambios de voz que se hacen cada vez más frecuentes, abrumadores y sexuales. Claire se engancha a esta relación a distancia (“Con él, me siento viva”) hasta el punto de descuidar sus responsabilidades como madre y de vivir en un mundo imaginario (“Yo no aparentaba tener 24 años, yo tenía 24 años”; “Yo me dejaba llevar para sentirme más Clara que Claire”). Hasta que un día, Alex no aguanta más y quiere conocerla en persona…

El guión, escrito por Safy Nebbou y Julie Peyr, reserva más sorpresas (más o menos verosímiles) y las mentiras encajan unas con otras hasta desbordarse, por lo que la película adquiere la apariencia de un thriller ambientado en los altos edificios parisinos con vitrales en las ventanas. A través de las confidencias de una mujer sobre su relación virtual, mientras se ahoga en el éxtasis de un amor artificial para olvidar la realidad de su solitaria vida, el director dibuja el retrato de una sociedad moderna donde la comunicación se basa en el control y donde soñar con los ojos abiertos puede terminar en tragedia.

Clara y Claire ha sido producida por Diaphana Films y coproducida por France 3 Cinéma y la compañía belga Scope Pictures, mientras que Playtime gestiona los derechos internacionales.

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(Traducción del francés)

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