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BERLINALE 2019 Panorama

Crítica: Flesh Out

por 

- BERLIN 2019: El primer largo de ficción de Michela Occhipinti relata desde una perspectiva simple y sincera la vida de una mujer en una cultura muy lejana a la nuestra

Crítica: Flesh Out
Verida Beitta Ahmed Deiche en Flesh Out

El 12 de febrero fue el preestreno mundial de otro largometraje de la sección Panorama de la 69ª Berlinale: Flesh Out [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, dirigido por Michela Occhipinti. Antes de empezar a trabajar en esta película, la directora ha vivido en distintos países y ha trabajado en el mundo de la publicidad y de los documentales. Su primer documental, Lettere dal deserto, fue seleccionado por 80 festivales y obtuvo 20 premios.

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Flesh Out está ambientada en Mauritania, un país musulmán de África noroccidental devastado por la pobreza y el subdesarrollo. Seguimos la historia de Verida (Verida Beitta Ahmed Deiche), una joven de clase media forzada por la tradición a casarse por conveniencia y obligada a engordar forzosamente veinte kilos para alcanzar el canon de belleza deseado por el futuro marido. Durante los tres meses que preceden a la boda, Verida lidia con su propia lucha interior y las pocas certezas de su vida cambiarán por completo ante la entrada en escena de un hombre, Sidi (Sidi Mohamed Chighaly), que la visita periódicamente con su báscula para supervisar la evolución su peso, pero que además está sinceramente interesado en tener una verdadera relación con ella.

El estilo casi de documental de la cinematografía está muy presente; en ocasiones es difícil diferenciar entre la realidad y la ficción; y la credibilidad de los personajes y sus vivencias es un misterio. La directora buscaba no solo contar la historia de Verida, sino también representar la vida y la sociedad de un país tan lejano de Occidente y de nuestras vidas. La película muestra actividades cotidianas: la preparación del cuscús, los productos de belleza en la tienda de la abuela, los trozos de carne de dudosa calidad expuestos en el mostrador del carnicero local, las calles caóticas llenas de polvo en esta nación decadente.

La odisea tiránica que sufre Verida se apoya en la sólida interpretación de la actriz. Michela Occhipinti ha optado por un reparto de actores no profesionales y ha dirigido cada escena con mucha atención. El resultado es muy veraz y realista. El personaje de Verida sufre una gran e imprevisible evolución, poco a poco consigue rebelarse contra su madre y recuperar el control de su propio cuerpo, de su vida y de su libertad. La escena final de la película representa eficazmente, aunque de forma metafórica, la conclusión de la lucha por la independencia de la protagonista. La directora ha acertado al evitar caer en el típico discurso retórico de emancipación universal, tantas veces utilizado en el cine y en tantas otras situaciones. Es sin duda una buena elección artística que termina enfatizando el verdadero mensaje de la película.

En conclusión, la ópera prima de Michela Occhipinti es una obra interesante que se diferencia del resto con una excelente forma de presentar la trama; una ambientación muy veraz y bien representada; y un guion interesante y simplista, escrito por la directora, junto con Simona Coppini (Tumaranké, SanBa). Flesh Out ha sido coproducida por Marta Donzelli y Gregorio Paonessa (Vivo Film) y Rai Cinema. La empresa alemana Films Boutique se encarga de la distribución internacional.

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(Traducción del italiano por Pedro Andueza González)

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