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BERLINALE 2019 Panorama

Crítica: The Breath

por 

- BERLÍN 2019: Uli M. Schueppel concluye su trilogía con una magnífica y desgarradora cautivadora recopilación de confesiones nocturnas

Crítica: The Breath

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entrevista: Uli M. Schueppel
ficha de la película
]
a través de las ventanas del Skytrain (tren urbano) de la línea S-Bahn que recorre las calles de Berlín bajo la lluvia dejando tras de sí una estela de melancolía; se oye de fondo una música triste e inmóvil, como suspendida en los raíles por los que vamos hasta adentrarnos en la bruma cautivadora de una imagen granulada en blanco y negro. Después, una voz empieza a relatar su historia, rememorando lentamente sentimientos y hechos pasados. Esta será la primera de las voces anónimas de veintiséis individuos reflexivos y silenciosos que observamos mientras la ciudad duerme, sin que la cámara se fije realmente en ellos, sin que invada la intimidad de sus confesiones sobre algún momento de sus vidas, ya sea importante o banal, hermoso o doloroso, pero que lo cambió todo, a veces de sin darse cuenta; algún momento de sus vidas que les dejó sin aliento.

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The Breath de Uli M. Schueppel, presentado en la sección Panorama de la 69ª Berlinale, es la última pieza de una trilogía sobre el espacio (The Place, 2008), el tiempo (The Day, 2008) y el cuerpo. Aunque fue filmada en Berlín, plantea cuestiones existenciales universales y comunes a todas las ciudades durante la noche, cuando la gente vaga como sombras, cada uno dueño de su propia historia (es esto lo que separa The Breath de El cielo sobre Berlín de Wim Wenders, a la que nos recuerda inevitablemente). Si esta película no ha sido seleccionada entre los documentales de la sección Panorama, ha sido porque transforma magníficamente experiencias personales pero las cuenta de forma extremadamente subjetiva. Al mantener intactos los sentimientos que los protagonistas exponen por primera vez al desnudo, experimentamos con ellos el suspense, la esperanza o la angustia de esos momentos tan íntimos.

A pesar de las diferentes sensaciones que produce cada confesión, todas se unen y seducen al espectador casi inmediatamente y le afectan hasta el final de forma  muy particular, gracias al magnífico trabajo de la imagen (toda la película ha sido filmada en 16 mm), del sonido y de la música, así como del montaje de los 26 “fragmentos”, que parecen distintos instrumentos musicales de una misma sinfonía humana (alusión explícita del principio a la película muda de 1926 Berlin: Die Sinfonie der Großstadt de Walter Ruttmann, aunque sin máquinas, valiéndose solo de los pensamientos y los sentimientos humanos). Los distintos fragmentos llegan incluso a confundirse entre sí, unidos por la noche y por el tema de la película, que se convierte en un elemento más, como el cielo oscuro o la presencia recurrente del agua o el asfalto, como un único aliento que perdura hasta el alba.

The Breath ha sido producida por schueppel-films (que se encarga también de la distribución) junto con ZDF y con la colaboración de ARTE.

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(Traducción del francés por Pedro Andueza González)

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