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CPH:DOX 2019

Crítica: Advocate

por 

- El nuevo film de Rachel Leah Jones y Philippe Bellaïche pinta un retrato complejo de una leyenda viviente llena de ira, esperanza y aspiraciones utópicas

Crítica: Advocate
Lea Tsemel en Advocate

Proyectada por primera vez en enero, en el Festival de Sundance, Advocate [+lee también:
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ficha de la película
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, de los aclamados documentalistas Rachel Leah Jones y Philippe Bellaïche, ha estado de gira desde entonces, pasando a continuación por el Festival de Documentales de Tesalónica (donde se hizo con el Alejandro de Oro a mejor documental de la competición internacional, así como el Premio FIPRESCI) y luego por el Festival Internacional de Cine de Hong Kong, para acabar recalando en el CPH:DOX, el Festival Internacional de Documentales de Copenhague.

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Con un interés permanente por el conflicto israelopalestino, Jones, un documentalista estadounidense que se crio en Tel Aviv, en colaboración con el también veterano Bellaïche, dirige su cámara a una superestrella de la vida real: la "diabólica" abogada israelí Lea Tsemel.

Advocate, producto de una amistad de más de 20 años y llena de admiración entre Jones y su protagonista, documenta la compleja vida diaria de Tsemel, una abogada especializada en derechos humanos y, más específicamente, la defensa de prisioneros políticos palestinos acusados de resistencia violenta (y pacífica) a la ocupación.

Evidentemente, no hay muchas personas como Lea Tsemel; de hecho, no hay nadie como ella. Lea es única, como mujer y como abogada; una leyenda viviente que no se amedrenta ante los riesgos o sus incontables derrotas. Su mirada se centra con decisión en su único objetivo: concienciar a los políticos y al público general sobre los factores que motivan a sus clientes a actuar fuera de la ley, buscando una libertad a la que no se puede poner precio.

Como ciudadana israelí, Lea Tsemel es en cierto modo cómplice de esta ocupación que siempre ha parecido profundamente injusta; ella intenta "compensar" la mucha "culpa" que siente, defendiendo y tratando de dar un mínimo de dignidad a aquellos que luchan por su tierra, a pesar de todo.

Pero atención, porque "la abogada del diablo", como la llaman muchos de sus compañeros israelíes, no tiene nada del carisma o la devoción maternal de una personalidad como la Madre Teresa, por ejemplo. De hecho, precisamente en torno a la naturaleza de su carisma, que es imposible de etiquetar o determinar, construyen la cinta Rachel Leah Jones y Philippe Bellaïche, un retrato de una mujer fuerte que desafía todas las convenciones. Valiente, graciosa, seductora y poco ortodoxa, cuando menos, Lea Tsemel encarna un ideal que va más allá del género y al que tanto hombres como mujeres pueden aspirar. 

A través de su mirada clara e incisiva, que parece desafiar a la cámara, y sus maneras, a un tiempo regias y jocosas (su toga de abogado se agita detrás de ella como la capa de un superhéroe mientras corre por los pasillos del juzgado), ella es la encarnación de la ambigüedad; la misma ambigüedad que caracteriza el conflicto israelopalestino, que desborda de víctimas y verdugos, pero también víctimas que se convierten en verdugos y verdugos que se convierten en víctimas. 

Rachel Leah Jones y Philippe Bellaïche consiguen sacar partido de las normas y restricciones para grabar en los juzgados y para mantener la confidencialidad de las partes involucradas. El hecho de que la película deba "limitarse" a los pasillos de los juzgados dota al documental de un subtexto muy interesante, hecho de largas esperas, emociones mal ocultadas y palabras que se susurran como en un confesionario. Igualmente ingeniosa es la idea de emplear imágenes superpuestas para ocultar las caras de los acusados, imágenes que aparecen en pantalla como si se tratara de un sueño (o más bien una pesadilla). Una (aparentemente) interminable serie de sentencias anónimas que la valiente protagonista del film recurre siempre, con la esperanza de que por fin se entienda claramente el absurdo y la injusticia de lo que está sucediendo.

Advocate es una producción de la compañía israelí Home Made Docs, la canadiense Productions Megafun y los grupos suizos Close Up Films, RTS Radio Télévision Suisse y SRG SSR. Cinephil se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del italiano)

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