29/04/2019 - En su nuevo film, Carine Bijlsma pinta el retrato de un gran músico al que ha conseguido captar de cerca

En Devil's Pie: D'Angelo [+lee también:
tráiler
ficha de la película], Carine Bijlsma levanta el velo sobre la increíble carrera del talentoso músico D’Angelo, relatando la lucha interna que definió su vida profesional. La cineasta aborda el principio fundamental que marcó su vida, ayudándonos a comprender por qué se distanció del éxito y se tomó una pausa de 14 años. Con títulos como “Voodoo”, “Devil’s Pie” y “Unshaken”, la propia música va evolucionando, en línea con una especie de búsqueda espiritual: ¿cómo se lleva una carga que está enterrada demasiado hondo, más allá de la comprensión? Repleta de una gran energía y con una banda sonora impresionante, Devil's Pie: D’Angelo celebró su estreno mundial en el Festival de Tribeca (24 de abril-5 de mayo), como parte de la sección Spotlight de documentales.

En los 90, D'Angelo era una estrella emergente. Tras ganar varios premios con su primer álbum, Brown Sugar, el artista estaba claramente dirigido a la cima. Demostrando inteligencia, Bijlsma no sitúa al hombre en el centro del escenario, pues limita su presencia a imágenes de archivo, citas sutiles y, sobre todo, las menciones de sus compañeros músicos. De este modo, nos preguntamos qué le sucedió, a medida que va subiendo la tensión. Se le compara con Hendrix, Coultrain y Gaye, y Questlove, uno de los miembros del grupo, dice que muchos músicos negros comparten el mismo destino. ¿Deberíamos situarle en la encrucijada, junto al legendario cantante de blues Robert Johnson, que supuestamente hizo un pacto con el demonio a cambio de talento infinito? El perfil de un hombre comienza a tomar forma. Entonces, aparece D'Angelo.

Bijlsma tiene un impresionante historial en lo que concierne a documentales de música, y siempre encuentra formas de conectar con los propios artistas. El resultado es el retrato íntimo de un músico genial. Si bien las imágenes de los conciertos de D'Angelo son muy disfrutables, la cinta también proporciona un vistazo fascinante al proceso que hay detrás del glamur. En este sentido, es un retrato crudo, en el que las imágenes agitadas entre bambalinas y los frágiles momentos de intimidad que comparten los miembros del grupo muestran el lado cándido, pero auténtico, de las cosas. Esto contrasta marcadamente con las grabaciones rígidas, con múltiples cámaras, de sus conciertos, que dan una potente estabilidad a su presencia sobre el escenario. Y esta dualidad resulta ser central para sus problemas. D'Angelo recuerda un concierto en el North Sea Jazz Festival, donde tocó ante 30.000 personas, que hacían exactamente lo que él les pedía. "Oí alguien que susurraba en mi oído: 'Mira lo que posees'", dice D'Angelo, añadiendo que este tipo de poder siempre acaba pervirtiéndose de algún modo. El hombre sobre el escenario no es el hombre que él conoce. Bijlsma establece un paralelismo entre lo anterior y los cantos febriles en las iglesias de su juventud, que son las raíces mismas de su música. Una vez más, vemos esta dualidad: su música procede del lugar al que ahora se opone. Vemos el desierto y las montañas en el crepúsculo, mientras se oyen aullidos a ambos lados. "No puedo superar mi miedo", dice D'Angelo. Resulta evidente que él también se ha encontrado en una encrucijada, y que se le ha ofrecido un trato. Y como admite en un momento de vulnerabilidad, era mucho lo que se jugaba, pues su alma también estaba sobre la mesa.

Devil's Pie: D'Angelo fue producida por Interakt Productions (Países Bajos) en coproducción con Pulse Films (Reino Unido), la compañía de Forest Whitaker, Significant Productions (Estados Unidos), y la cadena holandesa NTR.

(Traducción del inglés)