30/04/2019 - En el primer largo de Sonia Escolano, presentado en la mayor muestra de género de los países bálticos, "menos" significa "más" claustrofóbico

El primer largo de Sonia Escolano, Casa de sudor y lágrimas [+lee también:
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ficha de la película], presentado en el Festival de Cine de Terror y Fantástico de Haapsalu (25-28 de abril), sabe cómo abrir boca, pues comienza con una mujer rompiendo cristales, solo para meter los trozos en sus zapatos. Pero aunque pueda ser doloroso ver cómo se aleja caminando, es aconsejable seguirla, pues Escolano no necesita muchos trucos o cosas brillantes para captar la atención de la gente. Todo lo que necesita es un poco de cristal y cáscaras de huevo para proponer un argumento válido sobre la obsesión religiosa que todo lo consume, pues todas las voces racionales que se oyen aquí se rompen con igual facilidad. 

Centrándose sin interrupción en una pequeña secta que ansía la redención a través del dolor y la oración —¿cómo si no?—, Escolano podría tener una conversación interesante con Pascal Laugier, director de la cinta de 2008 Martyrs [+lee también:
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ficha de la película] (que, sorprendentemente, también se proyectó en la edición de este año del festival estonio). Pero donde el enfoque de este último trataba de extraer tanta sangre como fuera posible de sus actrices protagonistas (extraordinariamente dedicadas), Escolano parece mucho más interesada en las emociones reprimidas que en las vísceras. Y la mayor parte del tiempo, le funciona bastante bien, aunque uno se pregunta si era necesaria tanta contención, pues Casa de sudor y lágrimas, un film claustrofóbicamente atmosférico y ambientado en un espacio que parece desprovisto de oxígeno, no hará que los críticos escriban sobre la necesidad urgente de tomar una ducha después de la proyección. A lo que uno añadiría: preferiblemente acompañado de muchos chupitos y episodios de llanto descontrolado. Lo cual puede ser algo bueno, a veces.

Pero a Escolano no le importan mucho estos dramas, y crea un universo que es tan modesto como terroríficamente realista, con una líder anciana que controla a su rebaño vestido de blanco con la ayuda de largas (y sudadas) visiones y una obediencia incuestionable, que pone a prueba casi a diario, como si intentara ver hasta dónde puede llegar: en un reto particularmente creativo, si te separas de tu huevo, quiere decir que no amas a Jesús. Aunque parezca gracioso así dicho, en realidad no lo es, pues incluso sin gastar tiempo en explicaciones o historias de fondo, resulta fácil creer en esta pequeña multitud con ganas de "dar toda la responsabilidad a otra persona", como lo expresó en una conversación reciente con Cineuropa la directora finlandesa Zaida Bergroth (creadora del próximo estreno Maria's Paradise [+lee también:
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entrevista: Zaida Bergroth
ficha de la película], que tambien trata de una secta). Con tantas ganas, de hecho, que ni siquiera pueden mantenerse erguidos sobre sus pies llenos de cicatrices, frustrados antes que liberados por una sorprendente lucha por el poder: incluso en un sótano apenas iluminado, "solo puede haber uno". Y mientras escuchan con entusiasmo la afirmación de que "es la hora de Satanás, el mundo está corrompido y habrá caos", cuesta no pensar en cuantas personas querrían que estas palabras fueran verdad. Quizás esa ducha no vendría del todo mal.

Escrita por Sonia Escolano, Casa de sudor y lágrimas es una producción de la realizadora y Francisco Javier González para Sudor y Lágrimas Films. Se distribuirá en una selección de territorios de la mano de Rock Salt Releasing, la nueva marca independiente de ventas y distribución de TriCoast Worldwide.

(Traducción del inglés)