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CANNES 2019 Proyecciones especiales

Crítica: Etre vivant et le savoir

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- CANNES 2019: Con su característico estilo de diario íntimo filmado, Alain Cavalier firma un documental sutil, delicado y emocionante para homenajear a Emmanuèle Bernheim

Crítica: Etre vivant et le savoir

“Los cineastas y los directores somos seres primitivos, como las pequeñas iglesias suizas de la montaña hace miles de años”. Así respondió Alain Cavalier en un debate sobre el hecho de que “en el cine ya está todo hecho”, una frase que podría resumir perfectamente el estilo introspectivo de este director francés. Être vivant et le savoir [+lee también:
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es el título de su nuevo documental, presentado en las Proyecciones Especiales de la Selección Oficial del 72º Festival de Cannes. Con su cámara al hombro, el cineasta consigue representar con intensidad, simplicidad, humor y con gran inocencia, un nuevo capítulo de su vida en forma de diario íntimo, compuesto por un mosaico de escenas fragmentadas que siguen un mismo hilo conductor, influenciado por películas como Filmeur [+lee también:
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, proyectadas en la sección Un Certain Regard de Cannes en 2005 y 2009. Pero esta vez, la película trata de cómo no fue capaz de llevar a cabo su primer proyecto.

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El inicio de Être vivant et le savoir muestra cómo Alain Cavalier tenía la intención de adaptar Tout s’est bien passé, una novela donde Emmanuèle Bernheim relata un viaje a Suiza donde su padre, de 89 años y hemipléjico, se someterá a la eutanasia. Alain Cavalier, amigo desde hace treinta años de la novelista, tenía en mente encarnar él mismo a ese padre enfrentándose a su hija, pero este proyecto se interrumpió cuando Emmanuèle Bernheim tuvo que someterse a quimioterapia. “Haremos la película con los medios que tengamos”, comenta el cineasta, muy decidido a esperar y continuar trabajando en su diario, un espejo que explora el microcosmos de su existencia, sustentada por la fragilidad que acarrea acercarse al final de la vida (el relato comienza con el fallecimiento de otra amiga). La sombra de la muerte sobrevuela la película, que sigue el ritmo de la lucha de Emmanuèle Bernheim contra su enfermedad. El estilo cinematográfico tan singular de Alain Cavalier, por su parte, crea una obra donde la fe en la vida no evita su fin.

Distintas escenas se suceden: viajes en tren, el sol en la île-aux-Moines, visitas a los apartamentos de unos y otros, la cámara del director enfocándose en los objetos más sorprendentes que encuentra (como el cuadro de “la joven muerta” de 1621, las pistolas de colección de Emmanuèle Bernheim, las fotos de su juventud…) o en los más mundanos (especialmente las verduras) o en animales (gatos, pájaros, ratones, …). Todo unido gracias a su ingenio, formal, tan abundante como minimalista, ornamentado por los comentarios en directo del cineasta, que tan a menudo se convierten en monólogos meditabundos sobre la vida, el tiempo, la muerte …, a veces desgarradores discursos, pero siempre repletos de un humor saludable. “Distintos planos, unos tras otros”, este es el credo de Alain Cavalier, el creador de esta película que la considera una forma de “ejercitar la desaparición” y cuyo arte, una mezcla de conceptos, es una nueva obra digna de ser enseñada en todas las escuelas de cine.

Etre vivant et le savoir ha sido producido por Camera One y coproducido por Arte France Cinéma, asociada a la Société et Culture d’Arte France. Pathé se encarga de la distribución internacional.

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(Traducción del francés por Pedro Andueza González)

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