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EDIMBURGO 2019

Crítica: Schemers

por 

- La cinta de Dave Mclean, ganadora del Premio del Público en el Festival de Edimburgo, es una enérgica travesura narrada en la tradición de cine britpop al más puro estilo de Trainspotting

Crítica: Schemers
Conor Berry en Schemers

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ganó el Premio del Público en el reciente Festival de Cine de Edimburgo, donde tuvo su estreno mundial en la categoría Best of British. Esto demuestra que una película local, ligera y entretenida puede salvar sus carencias con la cantidad adecuada de nostalgia. Schemers aterriza muy cerca del estreno de Beats [+lee también:
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, la oda de Brian Welsh a la cultura rave, lo que podría indicar que los cineastas escoceses suspiran por su pasado musical.

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Schemers es una peripecia semiautobiográfica del guionista y director novel Dave Mclean sobre su incorporación en el negocio de la promoción musical en Dundee. Tras un desafortunado placaje en el campo de fútbol, nuestro protagonista se enamora de la enfermera que le atiende y para impresionarla, le dice que lleva una discoteca. El resto, como dicen, deriva de Trainspotting de Danny Boyle y Lock & Stock de Guy Ritchie. El estilo narrativo visual posee el sello distintivo del cine britpop, lo que viene a decir que está lleno de planos rápidos, fotogramas congelados y voice over, todo ello aparentemente diseñado para tapizar las fisuras de una narración imperceptible y algunas sobreactuaciones, sobre todo por parte de los gánsteres villanos de estilo caricaturesco. Aunque la acción se sitúa en los años 70 y 80, el estilo narrativo de la cinta es muy de los 90, lo que viene a demostrar que la memoria es una cosa difusa y divertida.  

Mclean relata la historia de su pasado como si estuviese presumiendo delante de sus colegas en el pub. Es de color rosa, excesivamente idealizado y hace que las payasadas excéntricas parezcan heroicas. Como narrador, Mclean se preocupa menos de las turbulencias emocionales de su protagonista para, en su lugar, darse el gusto con la lad culture, olvidando que ya ha pasado de moda. Schemers parece una película antigua y a la vez, una que no tiene nada en común con su perspectiva de época.

La aventura recibe cierto aliento gracias al encantador debut del actor escocés Conor Berry. Debería elogiarse a Mclean por su pretensión de buscar talento local en Dundee para la gran pantalla. Berry es el ancla de la película al transmitir una energía que se amplifica por el montaje de Khaled Spiewak. Es una pena que las celebridades que le rodean sean tales caricaturas. Tara Lee hace lo que puede con su personaje secundario de enfermera, que es poco más que un regalo para la vista, a pesar de ser un pilar fundamental del film. Davie se mete en el mundo de la promoción por ella, y gracias a ella también se ve obligado a enfrentarse a algunas revelaciones. Sus mejores amigos y compinches, Scot (Sean Connor) y John (Gran Robert Keenan) dejan una impresión más tenue. Schemers es una ópera prima contada a toda marcha, con el fin principal de echarse unas risas. Los conciertos son abundantes y acelerados, hay mucho que admirar en cuanto a la banda sonora. Hay algo encantador en contar una historia de ti mismo donde el énfasis se halla en las casualidades.   

Schemers es una producción de Black Factory FilmsRiverman Management en Reino Unido. La compañía The Film Festival Doctor gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés por Mar Muñoz Lorente)

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