04/07/2019 - El primer largo de ficción de Elisa Mishto compone un universo y un personaje impenetrables con el que, de repente, encontramos puntos en común gracias a su habilidad cinematográfica

Después de dos largometrajes, uno de ellos para el cine sobre tres pacientes psiquiátricos y una enfermera (States of Mind, 2007), y del cortometraje premiado Emma and the Fury (2017), Elisa Mishto ha estrenado en la 37ª edición del Festival de Múnich, en las secciones Nuevo cine alemán y Cinecopro, un primer largometraje de ficción cuyo título, Stay Still [+lee también:
tráiler
ficha de la película], resume la existencia de su protagonista, Julie (Natalia Belitski). La palabra “existencia” puede resultar sorprendente cuando nos referimos a una mujer que no tiene una profesión, ni familia, ni obligaciones concretas (su patrimonio es gestionado por terceras personas); es decir, que carece de los elementos que se suelen considerar estructurales en la vida de las personas, pero cuya vida tiene un eje conductor claro, diáfano, que es a la vez un medio y un fin: “permanecer inmóvil”.

La consigna parece estética y podemos apreciarla cuando la conocemos, acostada, vestida de blanco y con guantes de limpieza amarillos. En la institución psiquiátrica donde ha ingresado de forma voluntaria, descubrimos que no se quita los guantes desde hace diez años y que su infancia ha estado marcada por un trauma, por lo que creemos que su conducta es una patología. La causa médica nos ayuda a entender mejor la ausencia total de emociones que manifiesta, y a comprender los incendios que provoca con sus brotes pirómanos (pero aunque parezcan imprevisibles, siguen un esquema que nos tranquiliza). En el caso de la insondable Julie, la demencia justifica una lógica muy definida para ser humana, demasiado humana para ser viable… Todos necesitamos formar parte del mundo y de la comunidad; sin embargo, nuestra fría heroína no tiene esa intención.

La inmutable existencia de Julie da un vuelco cuando se le asigna una nueva enfermera, Agnes (Luisa Céline Gaffron), cuya vida cotidiana, que empezamos a seguir en paralelo, parece opuesta a la suya pero igual de disfuncional: como madre, esposa y personal sanitario, Agnes se siente desbordada por la sensación de no estar a la altura y, como consecuencia, quiere dejarlo todo. El encuentro entre las dos mujeres y la afinidad que surge entre ellas conducirá sus vidas hacia una dirección más radical, que dará lugar a un género completamente diferente.

Aunque creíamos estar ante una anatomía de la locura, una estética que excluye toda empatía a pesar de la existencia de un traumatismo que legitima su frialdad, de repente nos encontramos con la formulación de una ética de la rebelión y del rechazo absoluto a todas las órdenes con la que nos sentimos identificados, al igual que Agnes, y que hace que veamos al enigmático personaje de Julie desde otro punto de vista: no como una pieza defectuosa del sistema, sino como un engranaje autónomo que insiste en bloquear los mecanismos de la sociedad, de ir contra los códigos, de desafiar lo establecido, de nadar en una piscina vacía.

Mishto, que estudió semiótica en Bolonia y escenografía y escritura de guión en Londres, nos ofrece con Stay Still una película tan engañosa como el personaje de Julie (no tan loca como pensamos al ver sus guantes amarillos), que cambia de opinión y de naturaleza durante la película, y nos sorprende hasta hacer que nos identifiquemos con una heroína que, al principio, parecía insondable.

Stay Still, también interpretada por Giuseppe Battiston, Martin Wuttke y Katharina Schüttler, ha sido producida CALA Filmproduktion en coproducción con PMI srl – PartnerMediaInvestment (Italia), Cine Plus y Farbfilm Produktion. Intramovies gestiona las ventas internacionales. Farbfilm Verleih la distribuirá en Alemania.

(Traducción del francés)