04/09/2019 - VENECIA 2019: Rodrigo Sorogoyen adapta al largometraje su corto nominado al Óscar, con un resultado brillante

El director español Rodrigo Sorogoyen se merece una enhorabuena. A principios de este año, fue nominado al Óscar por su galardonado corto Madre, un thriller de un solo plano secuencia en el que una madre española, Elena (Marta Nieto), recibe una llamada de teléfono de su hijo de seis años, que está desaparecido. El teléfono se está quedando sin batería, y el niño describe a un hombre extraño que se acerca hacia él; la madre entra en pánico. La conversación parece acabar en tragedia. Este corto es el comienzo de un extraordinario largometraje con el mismo título, Madre [+lee también:
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entrevista: Rodrigo Sorogoyen
ficha de la película], proyectado en la sección Orizzonti del Festival de Venecia. El director Sorogoyen ha encontrado una forma innovadora y original de adaptar el corto en este film, que es su quinto largo. Cabe mencionar que su tercera película, Que Dios nos perdone [+lee también:
crítica
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entrevista: Rodrigo Sorogoyen
ficha de la película] (2016), fue nominada a siete Goya. 

La cinta comienza con el corto, que se reproduce íntegramente. Es uno de los comienzos más sólidos de todas las películas que se proyectan actualmente en el Lido. Después, la acción salta diez años hacia el futuro. Elena vive en Francia, donde su hijo desapareció, y trabaja en un bar. Parece que estuviera vacía por dentro, que no estuviera viva. Este cambio en la personalidad se refleja en la fotografía de Alejandro de Pablo. Ya no es intensa, ni se ejecuta en un solo plano secuencia; al contrario, la cámara se mueve circularmente, oscilando adelante y atrás como una ola. Los movimientos son lentos y desorientadores, como el mar que vemos al fondo. Pronto resulta evidente que la Elena de la primera escena ha sido maltratada por la vida. Mientras que el corto era un thriller, esto es un drama interior, psicológico, basado en un personaje. Sorogoyen ha construido una historia sobre el duelo y los efectos duraderos del trauma sobre una mujer de 39 años, sumándole la historia del paso a la edad adulta de Jean (Jules Porier), un chico de 16 años. La trama, que tiene ecos del clásico atemporal de Hal Ashby Harold y Maude, trata sobre la relación que se desarrolla entre ambos en el último tramo del verano. 

La cámara mira a Elena y Jean como si fuera una pareja romántica: resulta transgresor e inquietante. Elena está al fin preparada para comenzar un nuevo episodio en su vida, y planea irse de Francia y mudarse a San Sebastián con su novio, Joseba (Alex Brendemühl). Su relación es marcadamente asexual. Da la impresión de que Joseba, que es cariñoso pero patriarcal, es el tipo de persona que se fija como misión salvar a los demás. ¿Es ese el motivo por el que está con Elena? ¿Necesita Elena a alguien que cuide de ella, o necesita a alguien que la ame, como Jean? Esa es la problemática del triángulo que se desarrolla entre Joseba, Elena y Jean.

Muchas de las escenas son largas y traen giros inesperados. Nieto, que fue galardonada por su interpretación en el corto, está extraordinaria, y se sirve de pequeños gestos para indicar su tristeza y su lucha. La familia de Jean es más áspera. Las escenas se desarrollan contra el fondo de los mares y los bosques, sugiriendo la idea, mostrada en grandes oleadas, de que la naturaleza puede cambiar en cualquier momento. Un defecto menor es la incorporación de Benoit (Guillaume Arnault), el hermano de Jean, a la película, pues resula algo formulaica y demasiado conveniente. Pero la sensación de conjunto es que Madre es un film que se atreve a ser diferente. Funciona porque tiene un personaje central fuerte, una estética impresionante y planos que se mueven como un ballet.

Madre es una producción española y francesa de Malvalanda, Caballo Films, Arcadia Motion Pictures, Amalur Pictures, Le Pacte y Noodles Production. Las ventas internacionales están a cargo de Le Pacte.

(Traducción del inglés)