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VENECIA 2019 Giornate degli Autori

Crítica: The Long Walk

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- VENECIA 2019: La nueva película de Mattie Do es una intrincada historia de fantasmas sobre un hombre que intenta cambiar su propio pasado y sufre las inesperadas consecuencias de su decisión

Crítica: The Long Walk

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, de la directora Mattie Do, nacida en Laos y criada en Estados Unidos, hay un continuo ir y venir entre el pasado y el presente. La película, presentada en competición en la 16ª edición de la Giornate degli Autori del Festival Internacional de Cine de Venecia antes de proyectarse en el Festival de Cine de Toronto, es una intrincada historia de fantasmas sobre un hombre mayor y sus lamentos; una especie de brujo que puede comunicarse con los muertos y que descubre que también puede retroceder 50 años en el tiempo y cambiar su propio destino (o, para ser más exactos, un episodio concreto de su pasado); pero que después sufre las inesperadas consecuencias de sus actos: el curso de su vida cambia por completo.

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La película está ambientada en un pueblo rural cerca de la capital de Laos, en un futuro cercano que no se especifica, aunque a pesar de los escenarios sencillos, vemos al protagonista, “el anciano” (Yannawoutthi Chanthalungsy, que también participó en la película anterior de la directora, Dearest Sister), haciendo unas compras con un microchip implantado en el brazo. Una mujer ha desaparecido y la policía, que conoce las habilidades del hombre, acude a él en un intento de conocer el paradero de la mujer. Lina (Vilouna Phetmany), la hija de la desaparecida, también se une a la búsqueda, desplazándose desde la capital para la ocasión y hospedándose en la casa del anciano. Mientras tanto, un niño (Por Silatsa) descubre a una mujer joven moribunda detrás de un arbusto en una carretera polvorienta que conduce al pueblo, pero que no tiene nada que ver con la mujer desaparecida. Poco a poco, nos damos cuenta de que estamos viendo dos líneas temporales diferentes, y que el niño es el anciano protagonista, cincuenta años antes.

El espíritu de la joven hallada detrás de los arbustos (interpretada por Noutnapha Soydara, que no pronuncia una sola palabra en toda la película) es el vínculo entre el pasado y el presente: como no recibió un entierro adecuado en su momento, esta alma no ha podido irse en paz, no se ha “transformado”. A través de esta mujer, el anciano logra comunicarse con el niño que fue y, en presencia de su querida madre, gravemente enferma (Chansamone Inoudom), enseña al niño que algunas personas no merecen sufrir y le muestra otro camino. Después, su vida también tomará un rumbo diferente.

La película salta de una época a la otra, mientras ambas se entrelazan, y está llena de sugestiones y apariciones. Pero también quedan muchas cosas sin aclarar, y algunos pasajes son, francamente, indescifrables. Una construcción más firme, menos sobrecargada con detalles y vínculos que debemos establecer en casi cada escena (y que no siempre logramos), la hubiesen hecho más efectiva. Aunque no le falta encanto (principalmente, en su reflexión sobre los muertos y sobre cómo dejar ir a las personas, además del largo camino recorrido por las almas que no saben cuándo terminarán realmente sus vidas…), la película parece un acertijo un poco tedioso de resolver.

The Long Walk ha sido producida por Lao Art Media (Laos), Aurora Media (Singapur) y la compañía española Screen Division. 108 Media gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del italiano)

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