09/09/2019 - La dramatización que ha realizado Peter Cattaneo de una historia real crea una composición conocida y agradable

Si consideramos lo complicada que es la vida de un soldado, resulta sencillo imaginarse que las parejas y cónyuges de estos hombres y mujeres puedan sentir que no tienen derecho a quejarse. Los sentimientos de soledad o preocupación, pese a ser intensos y constantes, pueden parecer egoístas o incluso infantiles en comparación con la total abnegación de aquellos que están dispuestos a poner en juegos sus vidas por su país.

Esta percepción podría explicar por qué, al principio de la película ¡Que suene la música! [+lee también:
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ficha de la película], dirigida por Peter Cattaneo y que ha tenido su estreno en la sección Special Presentations del Festival de cine de Toronto, la base militar británica donde está situada la película no tenga ningún tipo de programa o actividades dispuestas para estas mujeres solitarias mientras sus parejas están en el extranjero. Casi abandonadas por la organización a la que acabaron vinculadas a causa de sus parejas, la mayoría vive sus vidas cuidando de sus hijos. Pero cuando estos hijos que crecen, como lo hace Frankie (India Ria Amarteifio), la hija adolescente de Lisa (Sharon Horgan), lo único que les queda a estas mujeres son unas jornadas que se les hacen cada vez más largas, y una ansiedad que crece con cada día que pasa.

Es Lisa quien, precisamente, recibe el encargado de organizar nuevas actividades para estas mujeres. Sus planes, originalmente, se limitan a alcohol y comida basura, pero sus planes se verán truncados por Kate (Kristin Scott Thomas), mucho más ambiciosa y organizada. Una mujer que, a diferencia de Lisa, no ve qué tiene de divertido emborracharse con amigos. El aspecto más refrescante de ¡Que suene la música! es precisamente el hecho de que no juzga, condena ni arregla la personalidad de sus protagonistas. Lisa sigue siendo divertida y despreocupada a lo largo de toda la película, y Kate nunca termina de desmelenarse. Sin embargo, estas dos mujeres abandonan su lucha por el control de esta organización poco a poco, hasta que llega el momento en el que aprenden a trabajar juntas y a reconocer las virtudes y defectos de la otra.

Después de varios proyectos fallidos y falsos comienzos, se les ocurre crear un coro que se adaptaría a las habilidades de todas aquellas personas que quieran participar. Las partituras de Kate, de música clásica, son sustituidas por la grabadora de Lisa y música pop, pero ambas mujeres son esenciales para motivar a los miembros de este coro militar. La película a menudo se detiene para mostrar cómo varias de estas mujeres gestionan sus miedos.

¡Que suene la música! no es festival de risas, pero la frescura de su realismo (las mujeres son descaradas y graciosas: es decir, reales) permite que broten varias bromas excelentes. El crédito de esto debería ir a Sharon Horgan, que coescribió la serie Catastrophe, devastadora e hilarante, así como su coguionista Rachel Tunnard, cuya película Adult Life Skills [+lee también:
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ficha de la película] se hace eco en el arco de Kate.

Esta película independiente de 2016 se centraba en el duelo de una mujer anclada en la negación, incapaz de asumir la nueva realidad, de forma similar a Kate, que perdió en combate a sus hijos hace pocos meses. Este es precisamente el motivo de que ella quiera crear el coro: necesita encontrar algo en lo que pueda pensar a parte de la muerte de su hijo. Por supuesto, su negociación, así como la de Lisa, alcanzarán el punto crítico en el momento más inoportuno, como es de esperar en una película comercial. Pero con Thomas y Horgan interpretando a las protagonistas, en sus enfrentamientos la tensión entre ambas adquiere una forma casi material.

Los británicos que estén familiarizados con esta historia, sobre un coro que consiguió que uno de sus singles obtuviese el número uno en la lista de los más vendidos, tal vez se den cuenta de las libertades tomadas para la dramatización de esta historia. En cualquier caso, ¡Que suene la música! tiene éxito a la hora de encontrar un equilibrio entre lo francamente inspirador y una refrescante franqueza que resulte agradable a sus espectadores.

¡Que suene la música! es una producción de británica de 42, Tempo Productions Limited e Ingenious Media. Embankment Films es la encargada de las ventas internacionales de la película.

(Traducción del inglés por Raúl Alcantarilla)