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BLACK NIGHTS 2019 Competición

Crítica: The Flying Circus

por 

- La película de Fatos Berisha demuestra que nada puede salir mal si cuentas con los Monty Python, o con hombres vestidos de monjas

Crítica: The Flying Circus
Armend Smajli, Tristan Halilaj, Afrim Muçaj y Shpetim Selmani en The Flying Circus

Estrenada en la Competición Oficial del Black Nights de Tallin, la cinta The Flying Circus [+lee también:
tráiler
entrevista: Fatos Berisha
entrevista: Fatos Berisha
ficha de la película
]
, del director kosovar Fatos Berisha, parte de una idea tan absurda como intentar talar un árbol con un arenque. Sin embargo, al parecer está basada en hechos reales y en experiencias personales del realizador. Ambientada en Kosovo a finales de la década de 1990, cuando el territorio se encontraba al borde del conflicto bélico, la película presenta a un grupo de actores de teatro que deciden mostrar su última obra, inspirada en cierto grupo cómico británico, en un festival de teatro en Albania (especialmente después de enterarse de que Michael Palin estará por la zona filmando uno de sus famosos documentales). A pesar de que su viaje está plagado de obstáculos y peligros, como cruzar la frontera de forma ilegal o enfrentarse a un grupo de contrabandistas, finalmente su destino resulta igual de sorprendente e inesperado que la Inquisición Española.

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Se trata de un concepto prometedor, pero que puede torcerse muy fácilmente. Afortunadamente, Berisha sabe que no debe tomar el nombre de los Monty Python en vano. Las referencias del cineasta son evidentes, pero la historia se sostiene por sí misma gracias a una dirección clara y a un reparto verdaderamente entregado, encabezado por Armend Smajli, Tristan Halilaj, Afrim Muçaj y Shpetim Selmani. Los cuatro dan vida al desaliñado grupo de artistas, capaces de demostrar que el famoso "Yo soy tu padre" de Darth Vader encaja perfectamente en un espectáculo de títeres (o en cualquier sitio), así como de citar a clásicos como Shakespeare o hacer referencias a Chaplin y Al Pacino. The Flying Circus no trata solo de esos locos británicos con sus peces, plátanos y pijamas, sino de la creencia en que el arte puede conquistarlo todo, además de ayudar a librarse de algún que otro rakija no deseado.

La química entre los personajes es lo que realmente marca la diferencia y convierte la propuesta en algo más que una colección de referencias cinematográficas, incluso a pesar de sus tropiezos ocasionales (como las representaciones que ofrece de personas en lados opuestos del espectro político). A decir verdad, esta cronista podría prescindir de otro personaje femenino quejándose de la falta de habilidades prácticas de su marido y, por supuesto, no apoyando sus sueños. A pesar de todo, también se agradece la dimensión oscura de la cinta, que presenta una solución brillante para un problema práctico que afecta a toda la obra, y que se reserva para el final. En cuanto a los homenajes, lo único que falta en la película es la máquina que hace "ping".

The Flying Circus es una coproducción entre Kosovo, Albania y Macedonia del Norte, escrita por Fatos Berisha. Ha sido producida por Vjosa Berisha para B2 KosovoB2 AlbaniaBlack Cat ProductionIkone Studio. La película ha recibido el apoyo del Kosovo Cinematography Center, el National Cinematography Center of Albania y el Ayuntamiento de Tirana.

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(Traducción del inglés)

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