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KARLOVY VARY 2020

Crítica: Meky

por 

- El retrato documental de Miroslav “Meky” Žbirka dirigido por Šimon Šafránek es un placentero, pero no espectacular, viaje a través de la historia de la música pop checa

Crítica: Meky

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, de Šimon Šafránek, sobresale como la única producción checa dentro de la condensada selección de KVIFF at Your Cinema, la versión reducida del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary que tiene lugar este verano. Este retrato documental sobre la estrella del pop eslovaco Miroslav “Meky” Žbirka, que se ha proyectado simultáneamente en los cines de la República Checa, cuenta una historia que muchos espectadores checos y eslovacos conocen bien (algo muy apropiado para un formato local del festival).

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A través de las actuaciones televisadas de Žbirka, Šafránek muestra cómo el cantautor se convirtió en un nombre habitual entre la juventud checoslovaca de los años setenta y ochenta. La madre de Žbirka es inglesa, y su música (interpretada junto a sus bandas Modus y Limit) logró subirse a la ola de popularidad del rock and roll de la época gracias a grupos como The Beatles y The Kinks, que influyeron mucho en su propia juventud. La única nota conflictiva en este melodioso documental llega con la figura de Laco Lučenič, compañero de banda de Žbirka, quien afirma estar detrás de su popular sonido a pesar de no haber recibido el reconocimiento que merece. Con gran sentido del humor, Šafránek presenta a Lučenič como una especie de Salieri enfrentado al Mozart de Žbirka.

El director tiene la difícil tarea de explicar el gran éxito de Žbirka para aquellos que no conocen su carrera, mientras trata de mantener un tono íntimo para entretener a los que están familiarizados con el cantante. El editor Šimon Hájek alterna entre imágenes de archivo procedentes de actuaciones en vivo y filmaciones de Žbirka en el presente. Aunque el tono de la obra no es exactamente elegíaco, ya que Žbirka todavía sigue actuando, se trata de una obra nostálgica, que saborea la aparente facilidad con la que este humilde y reservado cantante saltó a la fama. A pesar del comportamiento modesto del cantante, o tal vez gracias a este, Žbirka se convirtió en una celebridad, mientras que Lučenič, que sí parece una estrella de rock clásica, fue relegado a un papel secundario.

Cuando Žbirka describe la muerte de su hermano, que ocurrió poco después de la Primavera de Praga en 1968, los espectadores podrían esperar un giro dramático en la narrativa, pero la historia rápidamente vuelve a su ritmo apresurado. Como bromea el propio artista: “La vida continúa, ¿verdad? Yo tenía 16 años, ¿qué sabía sobre la normalización?” Meky no entra en demasiados detalles sobre el régimen totalitario que influyó en la carrera de Žbirka, ni profundiza en la tragedia que podría haberla descarrilado. En su lugar, celebra la alegría que transmite su música y el sentimiento de comunidad que genera para los demás.

Mientras pasea por Abbey Road y Muswell Hill, o al conducir por Bratislava junto al lugar donde se encontraba su antiguo club juvenil, resulta conmovedor verlo reconectar con su pasado. Šafránek sabe que Žbirka es un caso excepcional que se abrió paso en la industria, firmando con RCA en los Estados Unidos y escribiendo sus obras en eslovaco e inglés. A pesar de todo, su modestia se mantiene constante. Sus frecuentes comentarios sobre sí mismo, en los que cuestiona los conocimientos que realmente puede transmitir, aportan a la película un tono humorístico. Apenas unas décadas después de que sus letras tuviesen que ser revisadas por los funcionarios del gobierno, retrasando el lanzamiento del primer álbum de Modus, resulta reconfortante ver tanta ligereza.

Meky es un viaje agradable, aunque poco espectacular, a través de la historia de la música pop checoslovaca, que seguramente entretendrá a los aficionados de Žbirka. Aún así, los que descubran su música por primera vez también tendrán mucho que disfrutar: una exploración sobre la supervivencia del pop por encima de la política y la historia de un individuo humilde que se convirtió en una estrella.

Meky es una producción de Negativ (República Checa) y Pubres (Eslovaquia), en colaboración con Miro Agency, Czech Television y RTVS. Negativ y Bontonfilm se encargan de las ventas. La cinta ha tenido su estreno en la República Checa el pasado 9 de julio, y llegará a los cines eslovacos el día 16.

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(Traducción del inglés)

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