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VENECIA 2020 Giornate degli Autori

Crítica: The New Gospel

por 

- VENECIA 2020: En su nueva cinta híbrida, el artista suizo Milo Rau revisita la historia y el significado de la Pasión de Cristo en un contexto moderno y poderoso

Crítica: The New Gospel

El cineasta y polifacético artista suizo Milo Rau, conocido en el circuito de festivales por su documental The Congo Tribunal [+lee también:
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(2017), ha presentado su última y ambiciosa cinta híbrida, The New Gospel [+lee también:
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, en las Giornate degli Autori de Venecia. Ambientada y filmada en la ciudad italiana de Matera, se trata de una reinterpretación moderna y audaz, aunque algo desigual, de la Pasión de Cristo con un enfoque marcadamente social.

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Matera es conocida como la Jerusalén del cine, ya que tanto Pasolini como Mel Gibson la utilizaron como telón de fondo para sus películas sobre Cristo. Tomando como punto de partida la popular pregunta sobre qué haría Jesús, miembro de una nación oprimida de Oriente Medio, ante la crisis de los refugiados, la explotación y la esclavitud moderna, la historia encaja perfectamente en una ciudad que, al igual que muchos lugares del sur de Italia, se enfrenta actualmente a una gran afluencia de inmigrantes y al trato que reciben por parte de las autoridades locales.

El principal colaborador de Rau es Yvan Sagnet, escritor y activista de Camerún que inició la primera huelga de trabajadores inmigrantes en Italia en el año 2011, cuando trabajaba en los campos de tomates de Nardò. Sagnet interpreta a Jesús en la obra de teatro sobre la Pasión creada por Rau, y también lidera el movimiento "Resistencia de la dignidad", un grupo abierto formado por inmigrantes y refugiados que luchan por sus derechos fundamentales y contra la explotación y discriminación a las que se ven sometidos por parte del sistema político italiano.

Los dos temas se desarrollan en paralelo y se superponen en la película de Rau. Esta mezcla fértil y potente funciona muy bien en las escenas de la Pasión: Jesús y la mayoría de sus apóstoles son negros y musulmanes, mientras que el tamaño de la producción permite la presencia de importantes actores secundarios, como el Jesús de Pasolini (Enrique Irazoqui) o la Virgen María de Gibson (Maia Morgenstern). Por otro lado, las escenas de protestas resultan previsiblemente caóticas, excepto cuando el carismático Sagnet se hace con el micrófono y retransmite las manifestaciones de la misma forma en la que logra mantener la atención del espectador cuando interpreta a Jesús en la obra.

Sin embargo, el efecto más poderoso se produce cuando los dos hilos se entrelazan. Las imágenes de rostros negros, fuertes y orgullosos, vestidos con trajes bíblicos y dirigidos por Sagnet, subiendo las antiguas escaleras que conducen al casco antiguo de Matera, cargando con un amplificador y cantando "¡La resistencia es dignidad!" ante la mirada de los turistas, son algunas de las escenas más poderosas que ha dado el cine documental este año, porque la disonancia contextual resulta tan discordante como apropiada. Este es solo uno de los aspectos que hacen que el subtexto de la película sea inmensamente rico, inspirando una gran variedad de asociaciones e interpretaciones por parte del espectador.

Encontramos numerosas capas en la historia, que ya es bastante compleja en sí misma. Los refugiados exigen un respeto básico y un trato humano mientras preparan la representación de la obra bíblica, en la que el propio alcalde de Matera interpreta el papel de Simón de Cirene. La forma en la que el político habla y camina, mientras carga con la cruz, transmite una energía afirmativa. Aunque, por otro lado, ¿acaso no tiene influencia sobre las fuerzas económicas que explotan a estos trabajadores y actores? ¿O simplemente está aprovechando la oportunidad el año en que su ciudad ha sido elegida Capital Europea de la Cultura?

Aunque la ejecución de algunas partes de la película resulta un poco torpe, y en ocasiones tenemos la impresión de que el artista ha intentado abarcar más de lo que puede gestionar, la fuerza que se genera mediante la combinación de temas, imágenes y música (incluidas las mismas obras de Mozart, Bach y Pergolesi utilizadas en la película de Pasolini) convierten la película en un visionado vibrante y emocionante.

The New Gospel es una coproducción entre la alemana Fruitmarket, la suiza Langfilm y la propia compañía de Rau, International Institute for Political Murder (con sede en ambos países).

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(Traducción del inglés)

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