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CINÉAST 2020

Crítica: Comrade Draculich

por 

- El segundo largo de Márk Bodzsár, que une vampiros, servicios secretos y nomenklatura en la Hungría comunista de los 70 y se proyecta ahora en CinEast y Sitges, es un logrado y divertido título

Crítica: Comrade Draculich
Ervin Nagy (centro) y Lili Walters (derecha) en Comrade Draculich

“Cuando era pequeña, pensaba que viviría para siempre. En la guardería, aprendí que sólo los vampiros eran inmortales. Después, aprendí que sólo la ideología comunista es eterna”. Cuando un héroe local del Partido, que se había exiliado en Cuba para participar en la revolución junto a Castro y a Che Guevara, está de paso en Budapest por primera vez en 20 años, su presencia es muy importante, hasta el punto de ser el invitado de honor en la operación “Dona sangre para Vietnam”, llevada a cabo por la filial estadounidense de la Cruz Roja. Pero aparece una especie de Dorian Gray, que no ha tenido ninguna arruga en dos decenios, justo en el momento en que Moscú presiona al dirigente húngaro János Kádár para que descubra el secreto de la vida eterna (“tienes dos semanas para encontrarlo o pasarás la Navidad en el gulag”), que permita prolongar la vida del líder Leonid Brézhnev.

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Es la compleja misión que le confían a Mária Magyar (Lili Walters), la bella investigadora protagonista de la simpática Comrade Draculich [+lee también:
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entrevista: Márk Bodzsár
ficha de la película
]
, de Márk Bodzsár. El segundo largometraje del director de Heavenly Shift [+lee también:
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ficha de la película
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(2013) abrirá mañana la 13ª edición del CinEast (Festival de Cine de Europa Central y Oriental, que se celebra en Luxemburgo del 8 al 25 de octubre, con un Focus Hongrie en el programa), y también competirá en la 53ª edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges (del 8 al 18 de octubre).  

¿Seudónimo del objetivo? Crimson. Al principio, a Mária y a su compañero (de trabajo y de cama), Laszlo Kun (Ervin Nagy), rebautizados para la ocasión como Birdy y Falcon, se les encarga descubrir si el mítico camarada Fábián (Zsolt Nagy) es un amigo o un enemigo del régimen. Para comprobarlo, ponen bajo estricta vigilancia (con la ayuda de sus cómplices King Cobra, Water Snake, Athos, Porthos y Aramis) a un seductor vampiro que conduce un Ford Mustang rojo. Pero las pistas inquietantes y el rol asignado a Mária (“acercarse física y mentalmente al objetivo” y “hacerlo emocionalmente dependiente”) dividen a la pareja entre profesionalismo, celos y sed de libertad…

Márk Bodzsár reivindica su línea humorística (en particular, con referencias a Chaplin y Keaton) y mezcla con fluidez diferentes dimensiones: escenas satíricas del reclutamiento comunista de la época, peripecias burlescas de espionaje, elementos clásicos del género de las películas de vampiros (aumento de la capacidad sensorial, búsqueda de sangre, crucifijos, dientes de ajo, etc.), triángulo amoroso (en un contexto de binomios múltiples, de los vecinos curiosos de Mária y Laszlo al responsable de los servicios secretos, con una asistente corruptora de sacerdotes) y un toque de liberación femenina. Comrade Draculich desarrolla una pátina formal impecable (sobre todo la extraordinaria ambientación del diseñador de producción Márton Ágh, pero también la fotografía de Dániel Reich y la música de Gábor Keresztes) y ofrece varios papeles divertidos a los que el reparto se entrega con una actitud lúdica que se transmitirá con facilidad al espectador.

Comrade Draculich ha sido producida por Filmkontroll y Drakulics Kft. NFI World Sales gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del francés)

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