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SUNDANCE 2021 Competición World Cinema Dramatic

Crítica: Human Factors

por 

- El segundo largometraje de ficción de Ronny Trocker toma una ruta excesivamente minimalista para seguir a una familia de clase media-alta afectada por un misterioso robo

Crítica: Human Factors
Sabine Timoteo y Mark Waschke en Human Factors

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, el segundo largometraje de ficción de Ronny Trocker, forma parte de la Competición World Cinema Dramatic en el Festival de Cine de Sundance (celebrado este año del 28 de enero al 3 de febrero). La filmografía del cineasta nacido en Bolzano incluye documentales, cortometrajes y video-instalaciones, y su primer largometraje, The Eremites [+lee también:
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, se estrenó en la sección Orizzonti del Festival de Cine de Venecia en 2016.

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Esta nueva película, escrita por el propio director, gira en torno a una familia acomodada y cosmopolita de una ciudad alemana (probablemente Berlín). Nina (Sabine Timoteo) y Jan (Mark Waschke) son propietarios de una prestigiosa agencia de publicidad y tienen dos hijos, la adolescente Emma (Jule Hermann) y el pequeño Max (Wanja Valentin Kube), que tiene una rata como mascota llamada Zorro. En las primeras escenas, vemos a la familia preparándose para pasar un fin de semana en su residencia de vacaciones, pero la escapada se ve interrumpida repentinamente por un robo, tras el cual Zorro desaparece misteriosamente.

Desde el primer momento, tanto las interpretaciones de los actores como la lúgubre atmósfera visual de la película transmiten la sensación de que algo malo está a punto de suceder, así como la certeza de que los protagonistas tienen muchos secretos que ocultar. Excepto por la repentina secuencia del robo, que no llegamos a ver en pantalla, pero que escuchamos a través de los gritos de Nina y el sonido de unos pasos, el primer tercio de la película se desarrolla a un ritmo narrativo (e interpretativo) muy pausado.

La trama avanza mediante una combinación de flashbacks y flashforwards, cuya cronología es difícil de descifrar. Trocker explota estos giros de guion para mostrar, o simplemente insinuar, los conflictos internos de la familia: un matrimonio que se derrumba, la falta de comunicación dentro del entorno familiar y una relación distante entre padres e hijos, para ser más concretos. En otras palabras, nada nuevo bajo el sol. A pesar de despertar el interés del público por las razones detrás del allanamiento, así como por los enfrentamientos de la pareja, provocados por su trabajo para un nuevo cliente relacionado con el mundo de la política, la película no logra mantener nuestra atención.

Más allá de la trama secundaria relacionada con la agencia publicitaria, la escena en la que asistimos a una acción intimidatoria por parte de oponentes políticos, a través de salpicaduras de pintura que aparecen repentinamente en las ventanas de la agencia, seguidas por un apagón eléctrico, se convierte en una de las más efectivas a nivel cinematográficamente, sirviendo como un punto de inflexión después del soporífero planteamiento.

Además, la dimensión cosmopolita y burguesa de esta familia, que habla francés y alemán, disfruta de expresos italianos y parece abrazar múltiples identidades europeas, no le hace ningún favor a la trama. De hecho, parece una elección motivada únicamente por el posible atractivo de la coproducción a nivel europeo. Aunque bien ejecutada técnicamente, la dirección de fotografía de Klemens Hufnagl está dominada constantemente por tonos grises, interiores apagados y paisajes nublados, reflejando involuntariamente la monotonía del guion y el carácter unidimensional de los personajes, que mantienen una actitud melancólica, frustrada y resignada a lo largo de toda la película. El cierre del arco narrativo deja muchas preguntas sin respuesta, y esto no hace más que agravar una experiencia visual desconcertante y poco gratificante.

En resumen, Trocker opta por un estilo minimalista (apenas un puñado de localizaciones, cuatro protagonistas y una limitada serie de eventos, sin mayores artificios), que puede resultar atractivo e interesante para explorar en términos puramente estéticos, pero que carece de consistencia y profundidad narrativa.

Human Factors es una producción de la alemana Zischlermann Filmproduktion, coproducida por la italiana Bagarrefilm, la danesa Snowglobe y la también germana ZDF - Das Kleine Fernsehspiel. La firma ateniense Heretic Outreach se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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