01/03/2021 - BERLINALE 2021: Christophe Cognet se sumerge en una meticulosa investigación, analizando las escasas fotos clandestinas tomadas por los deportados en el interior de los campos de exterminio

En un campo soleado, la tierra está salpicada de esquirlas blancas. Son fragmentos de huesos que salen a la superficie cuando llueve: siempre están en el suelo que pisamos. La abominación que fueron los campos de exterminio nazis, “esos lugares dedicados a la negación de lo humano”, ya han sido objeto de numerosas representaciones cinematográficas (un ejercicio de memoria esencial, ya que el ser humano tiene una penosa tendencia de apartar del espejo sus inclinaciones más oscuras) con perspectivas, estilos y enfoques muy diferentes: desde Uno Rojo, división de choque, de Samuel Fuller, a la colosal Shoah, de Claude Lanzmann, pasando por Noche y niebla, de Alain Resnais, o la intimista El hijo de Saúl [+lee también:
crítica
tráiler
Q&A: László Nemes
entrevista: László Rajk
ficha de la película], de László Nemes. En un registro más modesto, pero no menos esencial, el documentalista francés Christophe Cognet aporta su granito de arena a este castillo con À pas aveugles [+lee también:
tráiler
ficha de la película], proyectada en la sección Forum de la 71ª Berlinale: una investigación meticulosa y original sobre las escasas fotografías clandestinas tomadas por los propios deportados (entre la primavera de 1943 y el otoño de 1944), arriesgando sus vidas, en el interior de los campos de exterminio.

Mediante conversaciones con historiadores especializados en la Shoah, el director descifra la historia de cada una de estas instantáneas, sumergiéndose con lupa en cada una de las imágenes y contextualizándolas con la mayor precisión posible en la situación actual de los vestigios de los campos de Dachau, Mittelbau-Dora, Buchenwald, Auschwitz-Birkenau y Ravensbrück. ¿Quién hizo la foto, cuándo y en qué condiciones? ¿De quién era la cámara? ¿Quién aparece en la foto y qué nos revela? ¿Cómo se pudo ocultar y salvar la película? Muchas preguntas analizadas con paciencia y metodología, planteando hipótesis (no conocemos las circunstancias exactas de estas fracciones de segundo robadas a los verdugos), e interpretando con la ayuda de datos históricos y de la realidad física de los lugares, para lograr una comprensión más amplia y realista del espacio y de la situación en los que se enmarcaba la imagen.  

Fotografías tomadas desde una ventana de la enfermería de Dachau, la fotografía de un crematorio de Buchenwald, retratos de cobayas de experimentos médicos en Ravensbrück, la fotografía borrosa de un grupo de mujeres desvistiéndose delante del crematorio V de Auschwitz-Birkenau y la de un Sonderkommando trabajando en una hoguera en medio de los cadáveres: estas pruebas visuales son, al mismo tiempo, símbolos de resistencia individual y huellas arqueológicas a examinar para extraer su esencia. La película, muy instructiva, destaca los retoques hechos a algunas fotografías, generalmente para mejorarlas y hacerlas más inteligibles, pero también para no dar lugar a interpretaciones erróneas (los prisioneros tomando el sol junto a un crematorio también fueron borrados, pues un estado de indiferencia total hacia la muerte de otros hubiese sido incomprensible para los que no sobrevivieron a los campos). El director no se aventura nunca hacia posibles polémicas, pues no es su objetivo. Analizando con precisión y rigor el microcosmos de cada fotografía, Christophe Cognet rinde homenaje a una distancia correcta y respetuosa a esas mujeres y hombres que arriesgaron sus vidas para retomar el control de su propia imagen y transmitir ese mensaje frío y vital de la historia: “eso ocurrió”. 

À pas aveugles (cuya directora de fotografía es Céline Bozon) ha sido producida por la compañía francesa L’atelier documentaire y la alemana OVALmedia. mk2 Films gestiona las ventas internacionales.

(Traducción del francés)