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BERLINALE 2021 Competición

Crítica: Albatros

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- BERLINALE 2021: Xavier Beauvois firma una película dramática sutilmente refinada que es todo corazón, tan íntima como punzante en su crítica social, siguiendo a un policía de la costa normanda

Crítica: Albatros
Jérémie Renier en Albatros

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, la nueva película de Xavier Beauvois, estrenada en la 71ª edición de la Berlinale, se sumerge en un rincón de Francia que parece una postal; un pequeño pueblo apacible, una playa con acantilados espectaculares frente a la inmensidad del mar y un campo con vacas, pero que atraviesa una profunda crisis social.

Después de haber seguido a la rama urbana de la policía en El Pequeño Teniente [+lee también:
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(2005), el director se centra en la gendarmería (es decir, militares), que sirve de hilo conductor en el entorno rural para elaborar con un fuerte sentido (una simplicidad sofisticada) del esquema narrativo y de las señales discretas, una película que mezcla la trayectoria de un hombre de acción y de orden que pierde el control, el círculo restringido de su cariñosa familia, los usos y costumbres de su comunidad profesional, el retrato de una sociedad francesa muy fragmentada, y los horizontes lejanos del océano y de un renacimiento incierto y arriesgado. 

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Para Laurent (el impecable actor belga Jérémie Renier), el pintoresco pueblo de Étretat es como un jardín. Es un hijo de la región que ha regresado para ejercer el cargo de comandante de brigada de la gendarmería. Desde hace diez años, tiene una vida familiar feliz junto a Marie (Marie-Julie Maille), con quien planea casarse, Poulette (Madeleine Beauvois), su hija pequeña, y su abuela, vinculada a una herencia de marineros-pescadores que pasan varios meses en Canadá y Terranova. Sin embargo, el día a día de la gendarmería (que linda con su domicilio) no es color de rosa: muchos suicidios, casos de incesto, robos, jóvenes que se matan en vehículos de dos ruedas y rondas nocturnas. Pero Laurent lleva una vida ordenada y muy cómoda con sus compañeros de equipo, Quentin (Victor Belmondo), Carole (Iris Bry), Pierre (Olivier Pequery), ya que respeta los puntos de vista diferentes al suyo. No obstante, los infortunios de su amigo, el ganadero Julien (Geoffrey Sery), ahogado por las deudas, le harán darle la vuelta a “la táctica del gendarme”, en una espiral de confusión, sideración y soledad, que podrá a prueba su valentía…

Albatros, que cuenta con un guión minucioso (Xavier Beauvois, Frédérique Moreau y Marie-Julie Maille) y se ha escenificado con la misma pureza, se despliega como un puzzle cuyas piezas tienen un significado muy específico sin apenas tocarlas y que encajan a la perfección para mostrar un retrato mucho más vasto de lo que parece. La familia, la amistad, el amor, la división, los sentimientos contenidos hasta los puntos de inflexión donde explotan las emociones, el individuo y el vasto mundo: al igual que la estampa La Ola, de Hokusai, que decora una de las paredes de su casa, la vida empática de Laurent es un frágil esquife entre elementos furiosos; los de un universo contemporáneo repleto de injustas violencias sociales y económicas. Profundidades que el cineasta representa un realismo meticuloso que roza el documental, sin perder el hilo del alma “sentimental” de una ficción muy controlada donde se enfrentan el nihilismo y la esperanza, en un mundo donde el hombre debe encontrar un significado y un camino.

Albatros ha sido producida por Les Films du Worso; y será vendida por Orange Studio y Pathé International.

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(Traducción del francés)

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