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D'A 2021

Crítica: ¡Corten!

por 

- En su cuarto loco film, el travieso Marc Ferrer desea morir asesinado como una tonta actriz de película de terror italiana… y casi lo consigue

Crítica: ¡Corten!
Marc Ferrer en ¡Corten!

Con el mismo espíritu trasgresor, libérrimo y descarado de los primeros trabajos de John Waters o Adolfo Arrieta, a base de situaciones delirantes, actores infames, presupuesto mega reducido, rodaje exprés y una falta absoluta de pudor (y credibilidad), el barcelonés Marc Ferrer ha ido construyendo una filmografía única y peculiar, fuera de los márgenes más acomodaticios y convencionales de la industria cinematográfica española. Su última entrega se titula ¡Corten! [+lee también:
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, película de apenas 78 (delirantes) minutos que se acaba de presentar en la edición número 11 del D’A Film Festival de Barcelona, dentro de su sección Direccions.

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Con el disparate desacomplejado como motor de su puesta en escena, ¡Corten! es un largometraje que posee la sana virtud de no tomarse a sí mismo en serio ni en un solo segundo de su metraje. Interpretado por amigos y con la aparición estelar de esa diva queer conocida como La Prohibida y de ese ídolo juvenil del momento polisexual llamado Samantha Hudson, habría que nombrar también a Dario Argento como un personaje más de este delirio pop, porque su célebre iluminación de colores intensos ilustra este film, teniéndole como gran inspirador. También corretean por aquí aquellos personajes guapos y glamourosos suyos, pero de bajo coeficiente intelectual, que siempre se aventuran por oscuros callejones solitarios y dejan las ventanas abiertas para que un asesino los descuartice fácilmente.

Pero no sólo de giallo vive Ferrer, porque también Pedro Almodóvar (y hasta el Arrebato de Iván Zulueta) es homenajeado con cariño, admiración y petardeo por el cineasta catalán: resulta fácil reconocer en las situaciones y diálogos de ¡Corten! detalles de La mala educación, Volver y, sobre todo, La ley del deseo. Porque aquí un director de cine (Ferrer haciendo de sí mismo), sin éxito crítico ni de público, es el protagonista: inmerso en la producción y el rodaje de una película con sangre y otros fluidos corporales, una serie de crímenes reales apuntan hacia él como mayor sospechoso, al tiempo que un joven –y dotado– actor procedente de Madrid llega a Barcelona, con la ilusión de conocerle profundamente y trabajar a sus órdenes.

Pero el responsable de divertimentos tan intrascendentes y queer como Puta y amada, La maldita primavera [+lee también:
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y Nos parecía importante, afronta su cuarta película con un nuevo giro: a través de la metaficción (que una de sus estrellas critica rabiosamente) construye una autocrítica desaforada y arremete contra su obra con la valentía de un kamikaze que, en el fondo, está orgulloso de erigirse en el nieto gay de Jess Franco.

“¡Porque las películas hay que hacerlas… como sea!” exclama en un momento de este film el personaje central: todo un orgulloso lema que el propio Ferrer cumple a rajatabla, como un ratón incansable, siempre en busca de queso: es fantástico no sólo que las ruede, sino incluso que ya tenga su público fiel y hasta un estilo propio, que combina lo camp y la serie B con la parodia despendolada.

¡Corten! es una producción de Filmin Originals, Canada y Películas Inmundas, compañía –cómo no– del propio Marc Ferrer. De su distribución y ventas se ocupa Filmin.

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