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CANNES 2021 Quincena de los Realizadores

Crítica: Murina

por 

- CANNES 2021: En su primer largometraje, Antoneta Alamat Kusijanović invita a sus personajes a darse un baño en el mar

Crítica: Murina
Danica Curcic y Gracija Filipović en Murina

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ficha de la película
]
, de Antoneta Alamat Kusijanović, vista en la Quincena de los Realizadores de Cannes. En ella, una chica llamada Julija (Gracija Filipović) parece enojarse por momentos, y a pasos acelerados, por su situación familiar. Claro que quizá con razón: su padre (Leon Lucev) no deja de darle órdenes a ella y a su madre (Danica Curcic), pero él tiene sus propios sueños, y la llegada de un adinerado conocido (Cliff Curtis) podría ser el ansiado punto de inflexión. Siempre que sean capaces de comportarse al menos durante un tiempo.

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La historia resulta familiar al espectador, ya que el verano parece ser el momento idóneo para los deseos más pujantes y las revoluciones personales, o al menos lo era antes de la pandemia. Sin embargo Kusijanović logra esquivar el camino más obvio y más sexualizado, y de esta manera permite que su protagonista descubra las cosas por su cuenta, por decirlo en pocas palabras. Se arriesga con Filipović, que no es lo más expresivo de la película y termina dibujando una figura más bien opaca. Julija no se permite mostrar un ápice de debilidad, especialmente frente a su padre, y sin duda vive con una máscara puesta, lo que hace que resulte menos interesante.

O al menos en tierra firme, ya que se trata de una sirenita que tiene problemas con su padre, una sirenita siempre vestida con su bañador favorito, que es su armadura. El medio en el que se siente más cómoda es el acuático. Es donde se refugia, donde juguetea y donde ve su futuro con algo más de nitidez. O donde, en principio, puede plantar cara al pater familias de buenas a primeras.

Nunca se explica del todo por qué la dinámica de esta familia es tan extrema, Julia y su joven madre se sienten más como compañeras de cautiverio que como parientes, compañeras que hacen piña contra un abusón que claramente se ha olvidado de la edad de su hija y la sigue forzando a recitar poemas delante de sus invitados. ¿Todas estas interacciones parecen auténticas? Lo cierto es que no, ya que a pesar de todos los rostros interesantes del reparto, estos no terminan de encajar. Asimismo, el toque puntual a telenovela y el ballet acuático rozan lo ridículo, teniendo en cuenta lo complicado que es expresar los sentimientos con una máscara de buceo puesta. Ahora bien, aunque no se trata de la historia más original de autoafirmación, Kusijanović crea un ambiente que resulta atractivo. Atención con los destinos de vacaciones, porque siempre hay algo acechando bajo el agua y a veces es una adolescente con genio.

Murina cuenta con la producción de la croata Antitalent, en coproducción con Spiritus Movens (Croacia), Spok (Eslovenia), Staragara (Eslovenia), Sikelia Productions (Estados Unidos) y RT Features (Brasil). Sus ventas las gestiona The Match Factory.

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(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)

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