10/07/2021 - CANNES 2021: El primer largo de Laura Samani es una historia de mujeres en el nordeste italiano a principios del s.XX que se rebelan contra la cultura dominante y cultivan una esperanza

Hace unos años, en 2007, la Iglesia Católica archivó definitivamente la idea del limbo, un lugar reservado a los niños muertos que no fueron bautizados. Pero durante siglos, el clero defendió el Evangelio, y el limbo se impuso en la cultura popular y secular, mientras la Divina Comedia de Dante ayudó a mantenerlo vivo en la memoria colectiva. 

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entrevista: Laura Samani
ficha de la película], la ópera prima de Laura Samani, debe su título a una niña que nace muerta. La película es un drama de época ambientado en invierno en una pequeña isla del noreste italiano, a principios del siglo XX, y se proyecta durante la Semana de la Crítica como parte del 74º Festival de Cannes. No se puede hacer nada por la recién nacida, que está condenada al olvido, como bien sabe su madre, Agata. Por fortuna, los vecinos tienen sus propias defensas, en forma de creencias, ritos, supersticiones, magia y milagros. Alguien le dice a Agata que, en el norte, en las montañas, hay un santuario donde los niños pueden volver a la vida, durante un instante, para ser bautizados. Agata quiere darle a su pequeña un nombre y garantizarle una identidad. Después de una breve discusión con su indiferente marido (Denis Corbatto), la joven esconde el pequeño cuerpo en una caja de madera y abandona su pueblo de pescadores con su equipaje al hombro para dirigirse a un destino desconocido.

Con la lente fija en la cara de la protagonista, Celeste Cescutti, la directora la acompaña en una travesía silenciosa a través de tierras vírgenes habitadas por sociedades preindustriales; personas de pocas palabras que repiten la misma rutina diaria basada en la pobreza y el hambre. En el transcurso de su viaje —desde las lagunas costeras de Caorle y Bibione a las montañas de Carnic y Tarvisio—, Agata sube a una carreta de campesinos que es atraída hasta una trampa por una mujer (Giacomina Dereani) y atacada por una banda de ladrones. Pero la protagonista es rescatada por un extraño chico conocido como Lince, interpretado por Ondina Quadri (que protagonizó Arianna [+lee también:
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entrevista: Carlo Lavagna
ficha de la película], de Jacopo Quadri, donde interpretó a una joven intersexual), en travesti. Agata nunca ha visto la nieve y Lince nunca ha visto el mar. El chico se ofrece a acompañarla a cambio del contenido de la caja, y su desasosiego inicial pronto se convierte en una amistad. Pero el viaje todavía no ha terminado y necesitan cruzar una mina de carbón seguida de un lago de montaña para encontrar a la ermitaña (Anna Pia Bernardis) que puede obrar el milagro en cuestión. “Si no tienes nombre, no existes”, susurra Lince, a quien sus padres han repudiado por travestismo, y que ya no tiene un nombre como tal.

La película, grabada en dialecto friulano y veneciano, por lo que requiere subtítulos, presume del rigor estilístico de las películas de cine independiente que se pueden ver en el circuito de festivales, pero los personajes femeninos que poco a poco se rebelan contra una cultura que las reduce a trabajadoras abnegadas y sumisas con una identidad de género marcada aportan a la película una temática moderna. Los guionistas, Elisa Dondi, Marco Borromei y la propia directora, tomaron como punto de partida el descubrimiento de que los santuarios que garantizaban a los bebés un último aliento existieron a lo largo de los Alpes hasta finales del siglo XIX (en Francia había cerca de doscientos) y lo usaron para contar una historia modesta sobre cultivar un tipo de esperanza que trasciende la línea entre la vida y la muerte.

Piccolo corpo es una coproducción entre Nefertiti Film, RAI Cinema, Tomsa Film y Vertigo. Alpha Violet gestiona los derechos internacionales.

(Traducción del italiano)