17/07/2021 - CANNES 2021: El director israelí Eran Kolirin vuelve con una divertida comedia dramática sobre las desventuras de un pequeño pueblo de mayoría árabe en Israel

Cuando la tierra sobre la que caminas ha sido objeto de enfrentamientos durante siglos y las fronteras se desmoronan rápidamente, ¿qué significado tiene adquirir un compromiso para el futuro? ¿Qué significa, por ejemplo, como sucede en Let It Be Morning [+lee también:
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ficha de la película], celebrar una boda o realizar una dudosa inversión inmobiliaria mientras la tierra palestina está reduciendo sus dimensiones a pesar de que sus límites están definidos oficialmente por los acuerdos de Oslo? Eran Kolirin regresa con ganas a la sección Un Certain Regard de Cannes con esta obra, su cuarto largometraje, que retoma en parte el toque claustrofóbico y sutilmente cómico de su primer éxito, La banda nos visita [+lee también:
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ficha de la película], en 2007. Este nuevo trabajo retrata el dilema entre israelíes y palestinos de manera hábil y comprensible para el espectador, en comparación con los numerosos documentales que hay al respecto, si bien uno siente que la idea cae en saco roto.

La colaboración palestino-israelí es notable en esta película: la novela de la que parte es obra de un conocido autor y periodista palestino, Sayed Kashua, está escrita en hebreo como gesto irónico y politizado, y a continuación ha sido adaptada por el israelí Kolerin. Más allá de la coproducción franco-israelí, en los logos que anteceden a la película encontramos la huella de un importante centro comunal judío en Nueva York. En un mundo en el que cada vez más judíos están virando políticamente hacia la izquierda en lo que respecta a este conflicto, Let it be morning plasma en imágenes para ellos y para otros espectadores internacionales la brutalidad de vivir bajo un constante dominio militar, supervisados y coartados. Aquellos que tengan más afinidad por Palestina no encontrarán nada revelador, y en concreto el desenlace de este trabajo parecerá un inverosímil y falso rayo de esperanza.

La película está hermosamente interpretada, aunque los personajes tienden a la clara caricatura. En primer lugar, Sami (Alex Bakri), un técnico árabe-israelí extremadamente atractivo que regresa a su pueblo para celebrar la boda de su hermano mayor, Aziz (Samer Bisharat). Se está separando de su mujer, Mira (Juna Suleiman), y está empezando una relación con una mujer israelí; las fuerzas y las convenciones sociales y sexuales le pisan los talones. Pero la tensión empieza a aumentar cuando las fuerzas israelíes se enteran de que hay palestinos de Cisjordania trabajando allí sin un permiso total de residencia, empleados en una gran propiedad en la que han invertido Sami y otros familiares. No se trata de una película de la era Covid, pero a uno le recorre un escalofrío cuando oye tantas veces la palabra “confinamiento”: el pueblo no tarda en quedar rodeado por las fuerzas de defensa de Israel, como si formara parte de los territorios palestinos; se corta la electricidad y se prohíbe la entrada de suministros. La medida es al mismo tiempo una provocación y un castigo. En varios momentos del metraje, un grupo de manifestantes se dirige a los límites de la frontera y el ejército actúa implacablemente.

Let It Be Morning también trata sobre la conformidad dentro de las comunidades árabe y palestina. Entre los miembros más acomodados de la clase media, a la que pertenece la extensa familia de Sami, hay un dilema existencial acerca de cómo la situación puede llegar a beneficiarles. En el caso de Sami, percatarse de lo diferente que es su vida de la de los demás hace que de repente se sienta culpable. Y en cuanto empieza el bloqueo militar ha de afrontar los recuerdos de la precaria naturaleza de su vida en Jerusalén. Al final se da por hecho que regresará a “casa” tras darse cuenta de por qué el radicalismo y la protesta son las únicas estrategias viables para los árabes israelíes y los palestinos que tienen menos fortuna que él. Que Kolirin presente esto principalmente en forma de una jocosa comedia no deja de ser un celestial choque de sensaciones.

Let It Be Morning es una coproducción entre Israel y Francia. Fue producida para Dori Media por Nadav Palti, con Les Films du Poisson como coproductores. The Match Factory gestionan las ventas mundiales.

(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)