06/08/2021 - En su sangrienta película familiar, Rasmus Merivoo ofrece la peor pesadilla de cualquier adicto al trabajo

Es evidente que se está gestando algo muy interesante en Estonia. Basta con ver las maravillosas rarezas cinematográficas que no paran de surgir en el país últimamente, como Old Man – The Movie [+lee también:
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ficha de la película] (que cuenta con las vacas más flatulentas de los últimos años). Kratt [+lee también:
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entrevista: Rasmus Merivoo
ficha de la película], de Rasmus Merivoo, proyectada recientemente en el Festival Fantasia, es otra de esas rarezas. Se trata de una película familiar que seguramente hará que los más pequeños griten de emoción, mientras que sus padres se revuelven incómodos en sus asientos, preguntándose por qué no han ido a ver la última de Pixar. La respuesta más sencilla sería: porque en esta película hay gente que se convierte en pizzas.

La criatura mágica del título ya hizo su aparición en la excelente November [+lee también:
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entrevista: Rea Lest
ficha de la película], de Rainer Sarnet, aunque con menos carne en esta ocasión (construido a partir de cualquier trozo de chatarra, como un aparato doméstico multifuncional que recuerda a una versión casera de Chappie). Puede que presente ciertas tendencias asesinas, pero estas solo se manifiestan de verdad cuando no tiene suficientes cosas que hacer. Seamos sinceros, todos hemos conocido a personas así a lo largo de nuestra vida. O incluso en nuestra propia casa.

La película comienza mostrando las consecuencias de una masacre, con moscas zumbando alrededor, seguidas casi de inmediato por un poco de asfixia. A continuación, Merivoo decide cambiar radicalmente el entorno, presentando una nueva tragedia sobre un par de niños de ciudad obligados a pasar el verano rodeados de naturaleza, sin sus teléfonos móviles, mientras sus padres intentan descubrirse a sí mismos vomitando bajo la estrecha supervisión de un aspirante a gurú. No obstante, a excepción de las quejas iniciales sobre la falta de acceso a Internet y el abandono de sus seguidores, los jóvenes no se muestran tan odiosos. De hecho, pronto se les ocurre un plan para conseguir que su abuela pueda preocuparse simplemente "de ser vieja", además de librarse de hacer sus tareas diarias y hartarse de comer tortitas. Vale, tal vez sí sean odiosos.

Después de que un adulto borracho traduzca libremente un libro viejo y misterioso, el Kratt se pone manos a la obra, y todo el pueblo se sume en el caos. Lo que intenta Merivoo con esta película recuerda a lo que trataba de hacer Jalmari Helander con Rare Exports: A Christmas Tale [+lee también:
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entrevista: Jalmari Helander
ficha de la película], que también se apoyaba en la mitología específica de su país, añadiendo un giro más oscuro. En este caso, los resultados son un tanto desiguales, con unas interpretaciones que no acaban de funcionar y subtramas demasiado largas que involucran la burocracia y la desconcertante afición de algunos hombres por la tala de árboles. Aun así, no hay nada como ver a un bicho cabreado con un peinado a lo Limahl, exigiendo trabajo constantemente o enfrentándose a un sacerdote local. Si alguien todavía no está convencido de que esta es una película para niños, aquí va el último intento: podría conseguir que dejen de comer pizza. Para siempre.

Kratt es una cinta escrita por Rasmus Merivoo y producida por la estonia Tallifornia.

(Traducción del inglés)