17/08/2021 - La cinta de Qiu Jiongjiong, Premio Especial del Jurado, exige implicación, pero ofrece recompensas, como una juguetona visión de la muerte

En su primer largometraje de ficción (galardonado con el Premio Especial del Jurado en el 74° Festival de Locarno), A New Old Play [+lee también:
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ficha de la película], que en vista de la complejidad del trabajo se antoja una obra extraordinaria, Qiu Jiongjiong no se autoimpone cortapisas de ningún tipo y ofrece un relato de tres horas sobre las aventuras y (sobre todo) desventuras de los miembros de la ópera de Sichuan en la China del siglo XX. Atrapados entre sus propias luchas internas, sus ambiciones y el caos político del país, se niegan a dejar de hacer lo que más quieren, actuar, aunque solamente sea para desviar la atención durante un minuto de unas larvas robadas, hasta que la hambruna vuelva a azotar duramente.

Al parecer Jiongjiong se ha inspirado en su propio abuelo, que también había sido cantante de ópera en Sichuan, y tiene mucho cariño por una profesión que pasa de gozar de mucho prestigio a levantar muchas sospechas dependiendo de los cambios en el contexto político (la agitada agenda, las estrictas normas, las reuniones tan familiares y el placer de emocionar a alguien con un don trabajado). Sin embargo es una historia melancólica, una historia que él describe como “prebiográfica” y que se centra en algo que ya no está. Para empezar Qiu Fu (Yi Sicheng) se dirige a la ciudad fantasma cuando su vida como actor principal ha llegado a su fin. Recuerda entonces todo lo que ha pasado desde que empezó en The New-New Troupe, un grupo de personas que resultaron ser los únicos familiares de su vida cuando él no era más que un chaval rebelde intentando sobrevivir y, con suerte, intentando llevarse un plato de comida caliente a la boca.

La historia se va dilatando y llega a abarcar unos cincuenta años, y por el camino se van mencionando otras decepciones del pasado, otras experiencias violentas y pérdidas dolorosas, y no me cabe la menor duda de que incluso de manera individual podrían servir para poner en pie perfectamente una película de calidad. Por ejemplo Guan Nan aporta una perspectiva muy original como la mujer de Qui Fu, una verdadera superviviente. Y Jiongjiong no deja de contar una historia detrás de otra, historias que comparten los vivos y los fantasmas, que también parecen seguir muy hambrientos en la otra vida, donde desde luego no falta la conversación.

Esta riqueza hace que la película resulte un poco exigente, pero incluso a través de tal cacofonía de voces, A New Old Play resulta placentera, a menudo divertida y siempre tierna. Se enmarca en su propio universo, envuelto en una escenografía reconocible que no intenta esconder en ningún momento sus raíces teatrales. Y si alguien se queja de nuevo de la duración de la película, Jiongjiong parece tener una respuesta preparada y razonada, una respuesta que dicen los mismos actores:
- “Algunos críticos se han quejado.”
- “¿Acaso alguien los escucha a ellos?”
Ese es el espíritu.

A New Old Play cuenta con la producción de Uluka Productions y la coproducción de Midnight Blur Films y Hippocampe Productions. Las ventas mundiales las gestiona Parallax Films.

(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)