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SARAJEVO 2021

Crítica: Aleph

por 

- En su segundo largometraje, Iva Radivojević hace una lectura de Borges a su propio y especial modo

Crítica: Aleph

Es bastante difícil adaptar la obra del escritor argentino Jorge Luis Borges. Sin embargo, si hay una cineasta contemporánea capaz de hacerlo, esa es Iva Radivojević, que ha demostrado en sus anteriores trabajos que puede combinar a la perfección, a través del formato de cortometraje, géneros tan dispares como la narrativa, el documental y el cine experimental para crear sorprendentes películas de ensayo. Su segundo largometraje, Aleph [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, que se estrenó en el FEST – New Directors, New Films Festival, se ha estado proyectando durante estos días en la sección Kinoscope del Festival de Sarajevo.

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Tal y como señaló Borges en sus escritos, la primera letra del alfabeto, es decir, la A, Alfa o Aleph, es el principio de todo y contiene todo el conocimiento del mundo. Radivojević parte de esa idea, la concreta un poco más y se lanza a contar una historia que, en cuanto al contenido, poco tiene que ver con la de Borges, lo que hace que su Aleph, más que adaptar directamente el libro de Borges, se inspire en él. Todo ello es algo que ella no esconde, de hecho, lo hace constar en los intertítulos iniciales.

El resto de su Aleph es un sueño lúcido en el que se recorren varios países de cinco continentes distintos y se hablan también varios idiomas, exponiendo cómo la mera presencia humana crea conexiones por todo el mundo. Lo más parecido a un protagonista en la película es la narradora, a la que da voz Anne Waldman, la soñadora de los sueños de otras personas y lugares. Todo comienza en Buenos Aires, la ciudad de Borges, donde una mujer llamada Clara se queja de “sentir demasiado”. En la siguiente escena, nos encontramos ya siguiendo a un guía del desierto por corredores naturales de algún punto de la parte argelina del Sahara. A continuación, la historia se traslada a Nueva York, donde Maša Dakić entrevista a Žarko Laušević sobre su carrera profesional y su paso por la cárcel. Al final de la película, Radivojević nos habrá trasladado también a un monasterio ortodoxo griego, a una estación polar en Groenlandia, a la ciudad de Katmandú, a un río en Tailandia, al mundo prácticamente surrealista de dos gemelos, clones, dobles, o lo que sea que son; y, por último, al espacio.

Aleph podría considerarse, o bien como un conjunto de cortometrajes conectados entre sí únicamente por la narración en off, o bien como un único largometraje, estilística y narrativamente diverso, pero al mismo tiempo compacto. Existe una cierta sensación de sincronización, ya que cada segmento de la película está filmado de diferente manera y con un estilo distinto (algunos de ellos podrían ser, perfectamente, homenajes a las obras de, por ejemplo, Jim Jarmusch o Apichatpong Weerasethakul), pero la forma en que se funden unos segmentos con otros es también suave y no presenta fisuras. Sin embargo, no todas las conexiones entre historias resultan lineales, directas y previsibles, pues el complejo engranaje que crea Radivojević añade otra capa a la historia y otra dimensión al mundo que ella crea y recrea.

A juzgar por esto, Aleph constituye una obra filosófica adaptada al mundo del cine, pero también una obra de poesía audiovisual. Iva Radivojević, que posee el control total en todo momento, se encarga ella misma del montaje del material al mismo tiempo que dirige al reparto y al equipo, uno de los miembros del cual es el director de fotografía Jimmy Ferguson, mediante una mezcla entre cierta libertad y algunas instrucciones concretas. Aleph es una clara muestra de la versatilidad e intelecto de la cineasta, pero también de la emoción que hay detrás de todo el proceso. Es de las películas que dejan una huella que perdura en el espectador.

Aleph es una coproducción entre Estados Unidos, Croacia y Catar. La producción ha corrido a cargo de Ivaasks Films y Picture Palace Pictures, con el apoyo del Centro Audiovisual de Croacia (HAVC), el Instituto de Cine de Doha y otras fuentes de financiación.

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(Traducción del inglés por Jaume Joan Buforn Baldó)

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