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VENECIA 2021 Fuera de competición

Crítica: La scuola cattolica

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- VENECIA 2021: La película de Stefano Mordini sobre el origen de un episodio histórico de violencia contra las mujeres no consigue enfrentarse con madurez a un argumento tan importante

Crítica: La scuola cattolica
Emanuele Maria Di Stefano en La scuola cattolica

“Nacer hombre es una enfermedad incurable” es una de las frases clave de la novela de Edoardo Albinati en la que se basa la película homónima de Stefano Mordini, La scuola cattolica [+lee también:
tráiler
entrevista: Stefano Mordini
ficha de la película
]
, estrenada fuera de competición en el Festival Internacional de Cine de Venecia. La novela, que analiza el infierno de la violencia contra las mujeres, está inspirada en un caso real que tuvo lugar en Italia conocido como “la masacre del Circeo”, y que sirvió como punto de inflexión entre dos etapas sobre un tema muy actual. La noche del 29 de septiembre de 1975, tres chicos romanos —Angelo Izzo, Gianni Guido y Andrea Ghira— sedujeron a dos chicas que confiaron en ellos y que procedían de las afueras de la ciudad y las llevaron a una casa junto al mar, donde fueron torturadas y violadas durante toda la noche. A continuación, creyéndolas muertas, las abandonaron en el maletero de un coche en Roma. Sólo una de las chicas sobrevivió. Después de esta tragedia, la ley sobre violencia física cambió, ya que dejó de considerarse un crimen contra la decencia pública para considerarse un crimen contra una persona.  

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Albinati estaba en el colegio —el San Leone Magno, situado en una zona residencial de Roma—, con los tres chicos responsables de la masacre. El escritor no consideró necesario escribir sobre el crimen, y optó por analizar la vida cotidiana de entonces, así como los compañeros y los profesores de los chicos en el colegio católico, empezando por la infancia de los primeros y describiendo su transición de adolescentes salvajes a asesinos feroces. Es una reconstrucción de la maldad desde la raíz, que es, además, el mismo enfoque de los guionistas Massimo Gaudioso, Luca Infascelli y el director Mordini. A través de la voz en off del protagonista-observador Edoardo (Emanuele Maria Di Stefano), la película sigue a la primera generación que disfrutó de una libertad total, centrándose en los que recibieron una educación católica en una escuela cuyos pilares eran “persuadir, amenazar, castigar”, y donde se enseñaban valores cristianos a jóvenes que experimentaban la violencia día a día. Vencer o ser vencido, mentir para ser aceptado, no ser tú mismo, tener una visión dañina y retorcida de la sexualidad. Fuera del colegio, estas familias católicas muestran hipocresía (se engañan unos a otros, esconden su orientación sexual) así como indiferencia, y están, en la mayoría de los casos, ausentes, creyéndose protegidas por certezas y valores que se derrumban a su alrededor.  

La película, enfatizada por títulos de cine de investigación como “seis meses después” y “130 horas después” destinados a forjar un vínculo entre pasado y presente en un ir y venir implacable que puede confundir fácilmente a los espectadores distraídos, demuestra el notable compromiso con la producción de Warner, prolongando a una generación entera de jóvenes actores —además de Di Stefano, están Giulio Fochetti, Leonardo Ragazzini, Alessandro Cantalini, Andrea Lintozzi, Guido Quaglione, Federica Torchetti, Luca Vergoni, Francesco Cavallo, Angelica Elli, Beatrice Spata y Giulio Tropea— y situándolos junto a nombres consagrados como Valeria Golino, Riccardo Scamarcio, Jasmine Trinca, Benedetta Porcaroli, Giulio Pranno, Fausto Russo Alesi, Fabrizio Gifuni y Valentina Cervi. Pero la dirección de Mordini, en su séptima película, no parece contar con la madurez necesaria para tratar un asunto tan importante. Se conforma con un formato televisivo y examina de forma superficial al excedente de personajes involucrados en el asunto. La película no consigue establecer un vínculo sólido y convincente entre la escuela católica del título y la necesidad que tienen los chicos de dominar violentamente a sus víctimas, y pasa por alto los círculos fascistas frecuentados por los responsables de la masacre. En resumen, no consigue dar la imagen que el momento histórico de la película requiere y merece.  

No es que la película traicione a la novela, que cuenta con 1200 páginas de reflexiones y mil estilos narrativos diferentes, pero podría haber derivado en una interpretación de la película igualmente poderosa que hubiera ayudado a los espectadores más jóvenes a luchar contra los estereotipos sexistas y el moralismo, un objetivo que no consiguen los largos, salvajes y torpes minutos finales de la película dedicada a la “masacre del Circeo”.  

La scuola cattolica ha sido producida por Warner Bros. Entertainment Italia y Picomedia. Warner Bros. Pictures distribuirá la película en Italia el 7 de octubre.

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(Traducción del italiano)

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