email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

PELÍCULAS / CRÍTICAS Portugal

Crítica: Paraíso

por 

- Después de Raiva, el director Sérgio Tréfaut vuelve con un sentido y poético tributo a los seresteiros

Crítica: Paraíso

La música es un elemento definitorio para muchas culturas, comunidades e individuos. También es lo que nos guía hasta los jardines del Palacio de Catete, en Río de Janeiro, un lugar que, antes de la pandemia, resonaba con las melodías de un grupo de ancianos (de entre 70 y 100 años, aproximadamente), que cantaba y bailaba todos los días. Fue precisamente en este lugar donde Sérgio Tréfaut encontró el tema central de Paraíso [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, un documental que retrata de forma poética la esencia de las serestas (un género de música tradicional) y de una generación que ha encontrado en ese lugar un refugio seguro.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

De hecho, la música es uno de los componentes más elementales de Paraíso, haciéndose eco a lo largo de la película, mientras el cineasta retrata en profundidad las interpretaciones (casi ritualistas) de esta pequeña comunidad, presentando al público un amplio abanico de canciones que conforman las raíces de la memoria cultural brasileña. Esta mirada tierna, reflexiva y curiosa permite que el espectador se sumerja de forma natural en las emocionantes reuniones de estas personas, cuyas almas parecen estar impulsadas por esta forma de expresión artística y personal.

Es fácil sentirse hechizado por la película, aunque esta incluye deliberadamente escenas que interrumpen el estado de trance inducido por los momentos musicales. Estos cambios de tono funcionan como pequeñas semillas que nos permiten darnos cuenta de las distintas capas que componen cada escena musical: comenzamos a prestar atención a la composición visual, que incluye aspectos de la vida real que ocurren a la vuelta de la esquina, ofreciendo una muestra más razonable de lo que podría ser en realidad este paraíso.

También se nos presentan gestos triviales, como cuidar las sillas de plástico blanco en las que se sientan, o incluso escenas planeadas en las que tenemos acceso a información un poco más detallada sobre estos individuos. Esta información puede provenir incluso de objetos que encontramos en los espacios privados donde actúan. En la interpretación que hacen Nicola y Rey de “Izaura”, de Miltinho, los vemos en el centro de un espacio que tiene una pegatina del Fluminense en las escaleras, un disco de Carlos Alberto y un amplificador al fondo junto a un ventilador, una mezcla de absoluta normalidad con la evidente sensación de ver actuar a estos dos hombres.

Este es el magistral equilibrio que alcanza Tréfaut, permitiendo que el espectador se sienta más a gusto con el amor que va a sentir hacia estas personas y sus melodías. Ese amor se convierte en una angustia devastadora al final de la película, cuando irrumpe la brutal y aterradora realidad de la pandemia. Varios seresteiros murieron a causa de la Covid. Mestre Rubinho, un maestro de la mandolina, murió tras pasar varios días esperando por una cama en el hospital. Como escribe Tréfaut, “el país que amo desaparece con ellos”. Esta declaración final también nos hace conscientes de lo inherentemente política que es en realidad esta película, y de su importancia a día de hoy “como tributo a una generación diezmada”, en palabras del director.

La música puede haber sido una fuerza motora esencial, pero estos individuos fueron (y serán) los verdaderos elementos de un paraíso eterno. Por otra parte, la poética cinta de Tréfaut parece una respuesta a la súplica que escuchamos en uno de los temas más emblemáticos de Alcione, cantado por Cleuza, una de las intérpretes: “Antes de me despedir / Deixo ao sambista mais novo / O meu pedido final / Não deixe o samba morrer / Não deixe o samba acabar / O morro foi feito de samba / De Samba, pra gente sambar” – “Antes de despedirme / Dejo al sambista más joven / Mi último deseo / No dejes morir la samba / No dejes que se acabe la samba / El cerro se hizo de samba / De Samba, para que la gente baile”.

Paraíso es una coproducción entre Portugal, Francia y Brasil, producida por Faux y Les Films d’Ici. La cinta ya está disponible en cines portugueses de la mano de Faux.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy