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SAN SEBASTIÁN 2021 Competición

Crítica: Distancia de rescate

por 

- Claudia Llosa adapta la novela homónima de Samanta Schweblin dando lugar a una película brillante que encaja perfectamente con el resto de la estupenda filmografía de la cineasta

Crítica: Distancia de rescate
Emilio Vodanovich y María Valverde en Distancia de rescate

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sin ningún tipo de información previa, nos sería muy difícil adivinar que lo que vemos no parte de una idea original de Claudia Llosa. La película adapta la novela homónima de Samanta Schweblin, que trabajó mano a mano con la directora peruana para dar forma al guion de la cinta. El resultado, a competición en el 69° Festival de San Sebastián, es un trabajo absolutamente coherente con la filmografía de Llosa, en la que temas como la maternidad o la fuerza mística de la naturaleza acostumbran hacer acto de presencia.

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La distancia a la que se refiere el título es aquella que separa a una madre de su hijo, la que le permitiría o no salvarle si se ve en una situación de riesgo. Y es esta realidad invisible la que atormenta a Amanda, una joven que pasa el verano en un recóndito pueblo argentino acompañada de su hija Nina. En ese pueblo vive Carola, una mujer para la que la máxima “pueblo pequeño, infierno grande” podría servir como leitmotiv. Carola también es madre, pero la relación con su hijo David está manchada por un halo turbio, que impide que el idílico amor que se supone debería existir entre ambos exista.

Todos los elementos que Llosa pone en pantalla resultan tan delicados como la dinamita. Un movimiento en falso, un paso mal dado, podrían hacer que todo estalle y provocar el desastre. Por suerte, las de la directora son manos expertas a la hora de manejar materiales de este tipo. Es gracias a ello que el conjunto se erige como un complejo entramado en el que la crítica social, el drama familiar y el terror sobrenatural se dan la mano para crear una fábula hipnótica y brillante de la que es imposible despegar los ojos.

Hay que destacar dos elementos fundamentales para que la cinta funcione tan bien como lo hace. El primero es una arriesgada voz en off presente durante toda la película. Se trata de un diálogo entre Amanda y David que, lejos de ser sobreexplicativo, sirve como ancla y guía que permiten al espectador dejarse llevar por todo lo que se presenta ante sus ojos, por extraño que esto pueda parecerle. El segundo es la pareja de actrices protagonistas. La firme delicadeza con la que María Valverde se mete en la piel de Amanda contrasta y se complementa a la perfección con la arrolladora vulnerabilidad de Dolores Fonzi a la hora de encarnar a Carola. La química entre las dos actrices es evidente desde el primer momento, las chispas saltan cada vez que comparten plano y ver cómo sus interpretaciones se nutren mutuamente de forma orgánica es un placer absoluto.

A estas alturas no podemos sorprendernos de la maestría de Claudia Llosa para capturar con su cámara la belleza salvaje de los paisajes naturales que sirven como escenario de sus historias. Sin embargo, en Distancia de rescate esta capacidad va un paso más allá y todos los elementos vivos no humanos aparecen en pantalla con una fuerza tan sorprendente que los convierten en un personaje más de la historia, uno fundamental. Podemos decir, en resumen, que el esperado regreso de la cineasta es un triunfo de la sensibilidad, el riesgo y la lucidez.

Distancia de rescate es una coproducción entre la peruana Paradise Films Peru S.L., la estadounidense Gran Via Productions, la chilena Fabula Films y la española Wanda Vision. La película podrá verse pronto en Netflix.

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