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LONDRES 2021

Crítica: El gran Maurice

por 

- Mark Rylance es el fantasma que, con sus pésimas habilidades en el juego, ronda los campos de golf más esnobs del país en la simpática comedia británica de Craig Roberts

Crítica: El gran Maurice
Mark Rylance en El gran Maurice

Mark Rylance tiene un gran talento para interpretar a un personaje sin talento alguno —de hecho, tiene en su chimenea todos los premios que puedas imaginar—. Ahora bien, con el debido respeto a Joachim Trier, El gran Maurice debería titularse El peor golfista del mundo. Aunque el personaje de Rylance, inspirado en una persona real, el jubilado Maurice Flitcroft —que puede considerarse un troll (en el sentido cibernético de la palabra) a priori— es pésimo jugando al golf, la película de Craig Roberts es molesta de otra forma, ya que se trata de otra película más que, tras intentar ser una de las comedias Ealing, se estampa contra el suelo como cualquier amable pero insípida película británica. La película ha tenido su estreno mundial en el Festival de Cine BFI de Londres.

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El guionista principal de esta película, Simon Farnaby, también ha trabajado en las aclamadas películas de Paddington [+lee también:
tráiler
making of
ficha de la película
]
. De hecho, El gran Maurice comparte esa mentalidad antisnob y el deseo de conmemorar lo mejor del cine nacional —las copiosas tazas de té, el humor seco— sin caer en el conservadurismo o el patriotismo. Aunque la dirección de Roberts consigue muchos gags con golpes de golf mal dirigidos y espectadores riéndose cuando Flitcroft falla un hoyo desde medio metro, el arco del personaje no es lo bastante poderoso ni realista: la película presenta el mayor conflicto emocional cuando el hijastro de Flitcroft, Mike (Jake Davies), pasa de ser un astillero en Barrow-in-Furness —junto a su padre— a ser un oficinista. Rylance clava las pequeñas sonrisas que requiere su personaje, pero lo que realmente se echa en falta es un monólogo de esos que te hacen llorar como una magdalena o incluso un baile (sus otros hijos gemelos son DJs del género Northern Soul).

Ya han pasado varias décadas de la época dorada de la radiotelevisión pública británica: esos años 70 en el que las televisiones sólo tenían tres canales, pero podían ofrecer una visión del mundo asombrosa y soñadora.Era una noche tranquila. Salía de trabajar tras un día en el astillero. Mientras Top of the Pops –una película ambientada en el 1976 que cuenta el bombazo de la nueva  generación musical juvenil– reorienta la mente de unos cuantos, Maurice, por casualidad, pone el canal que emite el torneo de golf US Open. Se imagina atravesando el cielo como si fuera una pelota de golf bien golpeada. Si alguna película pudiera mostrarnos lo que la persona conversa al deporte ve…

Esta secuencia da paso a una divertida, pero repetitiva trama, en la que Flitcroft se postulará (y mentirá) y participará en el Open Británico, que suele tener lugar en Escocia. El fracaso es hilarante, pero la película no aclara si se trata de una enmascarada reivindicación contra los esnobs como el director del torneo Rhys Ifans o si se trata de un acto de liberación ante la vida de la clase obrera. ¡Ojo! Cuando Donald Trump visitó el Reino Unido, se le fotografió en su propio campo de golf escocés Turnberry. Se podría haber explotado esta jugosa información en El gran Maurice. Sin embargo, la película se contenta con ser alegre y complaciente.

El gran Maurice es una producción británica realizada por Baby Cow, BBC Films y Water & Power Productions, en colaboración con el BFI. Cornerstone Films es el agente de ventas mundial.

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(Traducción del inglés por Noelia Bas Hurtado)

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