29/10/2021 - Utilizando el punto de partida de su propia historia familiar en la región de Silesia, el documental de Juliane Henrich es una reevaluación de lo que la genealogía puede suponer realmente

Nannina Matz es una escritora que interpreta el alter ego de la directora Juliane Henrich y nos teletransporta a los capítulos más oscuros de su historia familiar en Time Before Land. El escenario es un pueblo polaco de la región de Silesia, donde vivía un pariente lejano. La película de Henrich no es el típico retrato familiar, ya que sirve como una reevaluación de lo que la genealogía puede suponer cuando se lleva al límite. El viaje se convierte en una reconfortante constatación de cómo nuestra presencia dejará huellas en los ojos futuros. La película se ha estrenado mundialmente en la 64.ª edición del DOK Leipzig (25-31 de octubre), dentro de la Competición Alemana.

Al comienzo de la película, vemos primeros planos de un dedo que señala convincentemente a ciertas personas en una vieja fotografía, como si dijera que estos son los que estamos buscando. Aún desconcertados por las personas de la foto, la pantalla nos transporta a una excavación donde los paleontólogos están picando cuidadosamente las rocas en busca de fósiles. La narración explica que los fósiles sólo se forman si han estado en el agua. Parece que las cosas tienden a moverse a lo largo de la historia al igual que el agua mueve a los fósiles. Este es un tema al que Henrich vuelve una y otra vez. Poco a poco, nos enteramos de que Silesia se encuentra ahora en su mayor parte en Polonia, pero se desplazó durante las guerras. Nuestra protagonista habla con descendientes de alemanes y polacos, que tras la Segunda Guerra Mundial se vieron obligados a abandonar sus hogares. Heinrich nos cuenta relatos explícitos de oficiales nazis con los que sospecha que su abuelo simpatizaba. Este lugar parece ser una intersección de muchas historias diferentes, que poco a poco se van unificando a lo largo del tiempo. Y aunque su búsqueda tiene una premisa clara, se desplaza a una escala mucho mayor de las cosas.

Matz investiga y observa hasta que intenta literalmente fundirse con el entorno cuando quiere introducir los pies en las grietas de hormigón viejo. ¿Quiere ser un fósil? El hecho de que lleve unas Converse All Star blancas enriquece el contraste entre la vida humana y la Tierra en su conjunto. Aquí se desvía hacia un lugar donde el tiempo parece elástico. Se encuentra con dinosaurios, fósiles y exposiciones sobre los neandertales. Concluye que todos son rastros relevantes, ya que conecta de forma convincente su árbol genealógico con una página que debe de proceder de un dinosaurio.

Poco a poco nos damos cuenta de que, al igual que los fósiles, ninguno de las huellas que se ha encontrado realmente se originaron allí. En cierto modo es adormecedor, ya que esta perspectiva hace que su búsqueda sea casi irrelevante. "La gente se extinguirá de todos modos", dice convirtiéndose en nada más que marcas en los estratos de la Tierra. Podemos verla en un mercado local pensando en futuros paleontólogos que excavan estas figuras, mientras observa a los niños comprar juguetes de plástico de dinosaurios. Nos confronta al suicidio de nuestra propia existencia, y aunque puede hacernos sentir impotentes, también nos hace pensar en el aquí y al ahora. Su paseo por el pueblo es abierto y receptivo: lo asimila todo a un ritmo gradual, permitiéndonos acompañarla. Pasamos junto a paisajes, monumentos, exposiciones y dinosaurios, como si nos llevara una corriente constante, donde acabaremos nosotros.

Time Before Land ha sido producida por la alemana KaskeFilm.

(Traducción del inglés por Noelia Bas Hurtado)