13/12/2021 - Alex Lutz derriba las puertas y las paredes del universo carcelario femenino animando un taller de canto lírico en el segundo largometraje de Etienne Comar

“Como las flores de mi jardín, echo raíces donde me riegan”. Con la ayuda de estas simples palabras de Où l’on me verse du bon vin (atribuida a Mozart), un profesor de canto lírico llega a conocer las voces de seis mujeres inscritas en su taller. Atreverse a confiar en el otro, no preocuparse por la corrección, abstraerse del entorno, operar una toma de consciencia vocal, trabajar la relajación y la respiración, descubrir dónde estamos a nivel emocional, disfrutar, expresarse, encontrar la belleza en el canto, y no olvidar que “escuchar también es elegir lo que queremos escuchar bien”: todos los coros toman el mismo camino de aprendizaje de armonía, pero el que plantea Étienne Comar en su segundo largometraje, À l’ombre des filles [+lee también:
tráiler
ficha de la película], preestrenado en el 13º Festival de Les Arcs, es muy particular porque estamos en una cárcel.  

“¡Aquí no estamos en la ópera! (…) La mayoría están aquí por delitos de sangre, asesinatos familiares, asuntos de drogas, agresiones, y algunos casos de demencia”. Para Luc (Alex Lutz), el universo penitenciario donde un modesto diapasón puede ser considerado un arma, es totalmente nuevo y sus clases, en el marco de la inserción y de la libertad condicional, una inmersión en lo desconocido donde debe mantener la línea de enseñanza de su arte, adaptándose a las diferentes personalidades de sus alumnos, que sufren de manera más o menos aguda su encierro. Un descubrimiento progresivo, la formación de un grupo que pasa por todas las tonalidades (a veces turbulentas, a veces divertidas, a menudo conmovedoras bajo la superficie endurecida) y que también hace de espejo del profesor encerrado en un proceso secreto de duelo personal.  

¿Cómo encontrar la armonía en circunstancias aparentemente hostiles, escapar mentalmente de sus malos karmas y de la sombra omnipresente de los guardias y de los barrotes, aceptar su fragilidad, crear nuevos vínculos, despertar su cuerpo y su alma del letargo melancólico anestesiando las heridas profundas? A través de la metáfora de la prisión (acentuada visualmente por el formato 1,33) y a lo largo de diez clases desgranadas por un guion muy bien estructurado (firmado por el cineasta), Étienne Comar explora, con un equilibrio entre trama novelesca y realismo documental, las facetas opuestas del concepto de liberación.  

La película, interpretada por un excelente reparto femenino que mezcla profesionales (Agnès Jaoui, Veerle Baetens, Hafsia Herzi y Marie Berto) y no profesionales (Fatima Berriah y Anna Nadjer), consigue dar a cada una de las protagonistas su propio espacio de intimidad y de humanidad, y la mirada se difumina sutilmente del camino motor de Alex Lutz (notable en su papel de líder introvertido mucho más escurridizo y ambivalente de lo que parece) a la vida cotidiana carcelaria de las mujeres de este coro tan especial. Y, como es natural, hay música: de L’amour est un oiseau rebelle, de Bizet, a Bang bang, del Cum Dederit, de Vivaldi, a India Song, de Jeanne Moreau, hasta Où sont les femmes?, de Patrick Juvet, sin olvidar el rap Plane, de Glauque, en la banda sonora. Pues “lo bueno del canto es que podemos ser diferentes y muchas personas a la vez”, al igual que un director que trabaja en la encrucijada del cine de autor y la película popular, y que sostiene la nota entre precisión y empatía, demostrando después de Django (su primer largometraje como cineasta) que revelar su maestría como guionista.

À l’ombre des filles, producida por Maneki Films y Arches Films, ha sido coproducida por las compañías Versus Productions, la RTBF, Proximus, Voo y Be TV. La película será distribuida en Francia por Ad Vitam el 6 de abril de 2022. Playtime gestiona las ventas internacionales.

(Traducción del francés)