12/02/2022 - BERLINALE 2022: El primer largometraje de Rafiki Fariala es un cálido y profundo documental sobre la amistad y la situación de los estudiantes de la Universidad de Bangui

Con la atención puesta en un cambio generacional y en las nuevas voces que intentan abrirse camino, resulta muy apropiado que la primera película de la República Centroafricana en llegar a un gran festival internacional desde 2003 sea el documental We, Students! [+lee también:
tráiler
ficha de la película] de Rafiki Fariala, que se ha estrenado en la sección Panorama de la Berlinale. Empieza con la imagen del director mirando fijamente a cámara en un plano corto y cantando a capela una canción sobre la imposibilidad de cambiar las viejas estructuras y el desencanto de los jóvenes. Esa melodía es la única banda sonora de la película y funciona de maravilla.

Fariala, estudiante de Economía en la Universidad de Bangui, pretendía en un principio contar una historia sobre la corrupción que está arraigada en el sistema, la incompetencia de los profesores, el acoso sexual a las jóvenes (los profesores apenas intentan ocultarlo y al parecer tienen la costumbre de decir: "Las alumnas son para nosotros, id a buscar novia al instituto ") y las míseras condiciones de vida en el campus. Pero aunque la película aborda todos estos temas, hay otra historia que roba el plano: la historia de la amistad entre el director y otros tres chicos, Aarón, Nestor y Benjamin.

Néstor es quien le roba el corazón al cineasta. Es el estudiante más curioso y extrovertido, le gusta entablar animados debates con los profesores sobre el crecimiento económico, la falta de oportunidades para los jóvenes, el capitalismo y el comunismo. Por eso se lleva una desagradable sorpresa cuando los otros tres aprueban el examen final y él suspende. Néstor, descolocado, se cuestiona a sí mismo y también las motivaciones de sus amigos. En una rompedora escena, acusa a Rafiki de explotarlo como personaje para la película en lugar de comportarse como un amigo.

Pero lo que se da a entender es que Néstor podría haber suspendido porque es popular entre las chicas y les ayuda a estudiar. El sexo es otro punto clave de la película: todos los protagonistas aparecen con sus novias e intercambian opiniones sobre asuntos amorosos o sobre el aborto. La tía de la novia de Aaron incluso acusa al chico de violar a la joven, lo que esta niega en una escena en la comisaría (para cuyo rodaje Rafiki afirma que tuvo que pagar a los agentes). Al final ambos terminan criando a dos gemelas y la familia de ella sigue exigiendo una "compensación por la violación" en forma de una cabra y seis pollos.

Es difícil rodar en la República Centroafricana, ya que la gente no está acostumbrada a las cámaras, y Fariala fue detenido en tres ocasiones. En la universidad, los profesores temen que se descubra su incompetencia. Pero las escenas entre amigos, en las que se turnan para grabar la imagen y el sonido, contienen toda la información y las opiniones que quería transmitir Fariala. Además, recogen un estimulante sentimiento de camaradería: incluso cuando Néstor está totalmente deprimido, sentimos el amor que se profesan.

Una escena en la que los estudiantes debaten sobre cómo calcular el crecimiento económico mientras están sentados en una choza inundada dice mucho de su situación. Cualquier realizador occidental trataría como una pizza central y exótica la escena en la que Aarón se monta en una moto con su mujer, sus dos hijas, una cabra y dos gallinas para ir a una iglesia cristiana a recibir la bendición del sacerdote (y sacrificar a los animales). No obstante, las cosas son así en la República Centroafricana, y eso lo hace más sorprendente y cálido.

We, Students! es una coproducción entre Makongo Films (de la República Centroafricana), Kiripifilms (de la República Democrática del Congo) y la francesa Unité. The Party Film Sales gestiona los derechos internacionales.

(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)