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MÁLAGA 2022

Crítica: La cima

por 

- Hay verdad en lo que se cuenta en la película de Ibón Cormenzana, pero sus buenas intenciones se pierden en la obsesión por el mensaje

Crítica: La cima

¿Por qué alguien es capaz de jugarse la vida subiendo una montaña? ¿Qué es lo que le mueve para ello? ¿Qué lleva a alguien a querer vivir alejado del mundo, en medio de la naturaleza, en la más absoluta soledad? Estas son algunas de las primeras preguntas que me planteo tras ver La cima [+lee también:
tráiler
entrevista: Ibon Cormenzana
ficha de la película
]
, la nueva película del director y productor vasco Ibón Cormenzana (Bilbao, 1972), presentada en la Sección Oficial del Festival de Málaga y que llega a salas españolas este viernes 25 de marzo de la mano de Filmax.

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La cima cuenta la historia de Mateo (Javier Rey) e Ione (Patricia López Arnaiz) durante su viaje de ascenso al Annapurna, una de las montañas más peligrosas del mundo. Ione es una alpinista experimentada, que tras alcanzar su meta (subir los 14 ochomiles) decide aislarse en una casa en medio de la montaña, alejada de todo contacto humano, con la sola compañía de un perro. Mateo, tras el sufrimiento de una tragedia en su vida (la muerte de su pareja) quiere conseguir a toda costa su meta, llegar hasta la cima de esa montaña y cumplir así una vieja promesa con la que fue su chica. En medio de sus conflictos vitales, ambos personajes se encontrarán y, a pesar de las distancias iniciales, vivirán una aventura que les hará enfrentarse a los límites humanos.

La película de Ibon Cormenzana tiene un buen punto de partida: hay verdad en lo que cuenta. Se nota que hay algo muy personal detrás de esa historia de traumas, obstáculos y deseos de superación, no solo por la dificultad de su apuesta física y técnica (rodar en condiciones extremas, con un frío importante y en arriesgados escenarios de montaña reales), sino también por el universo emocional que subyace tras lo puramente físico. Sin duda, los paisajes que aparecen en la película son impresionantes, hay imágenes realmente admirables, bien por la belleza de lo que se muestra o por esa apuesta que debió suponer el rodaje. Pero me interesa más lo que hay más allá, lo que no es tan visible, lo que les sucede por dentro a esos personajes para actuar como actúan, para estar en esas complicadas situaciones en las que se encuentran, sus luchas personales, sus fantasmas, sus deseos, sus maneras de ver y estar en el mundo.

Cormenzana también tiene buenas intenciones: narrar ese mundo sentimental desde la sobriedad, desde lo mínimo: un espacio, dos personajes y una encrucijada. A partir de ahí, la verdad que hay en cada personaje, sus sentimientos, emociones, actitudes ante la vida, trata de reflejarse desde el silencio, desde la expresión, la elipsis, el fuera de campo, desde lo que no se dice más que lo que se dice (en ese trabajo de contención, la interpretación de Patricia López Arnaiz resulta brillante). Por momentos, la película logra esa virtud, narrar lo más profundo de la vida, lo más doloroso, sus tristezas y alegrías, de forma velada. Hay imágenes verdaderamente emotivas que dicen mucho más que todas las palabras: el personaje de Javier Rey arrojando desde la cima las cenizas de la persona que amó. Esos momentos hablan de la presencia de la muerte en la vida, de la búsqueda de un destino y también del precio de ese destino, del significado de amar. Pero cuando el director o el actor protagonista quieren decir demasiado o ponerse al servicio del mensaje, ahí la película empieza a fallar, a hacerse poco creíble lo que se cuenta. Hay secuencias que no se sostienen por ningún lado, simplemente bonitas, o peor, moralistas.

La cima tiene momentos logrados. Imágenes que consiguen reflejar los abismos y los misterios de los personajes protagonistas, sus desgarros vitales, su deseo de salir adelante. Pero con las intenciones no basta. Tampoco con la vida. En la ficción, hay que saber contar una historia, con sus preguntas no resueltas y sus espacios de sombra. Lástima que Ibon Cormenzana quiera iluminar demasiado su interesante película.

La cima es una coproducción entre España y Francia de las productoras Arcadia Motion Pictures, Aixerrota Films, Dorothy Films, Noodles Production y Lazona Producciones, que llegará a las salas españolas el 25 de marzo, distribuida por Filmax, también encargada de las ventas internacionales.

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