22/04/2022 - En este delirante relato dirigido por Lukas Rinker, su protagonista debe enfrentarse a la venganza de un baño portátil

¿Por dónde empezar con algo como Holy Shit!, la producción alemana de Lukas Rinker presentada en el Night Visions de Helsinki? Podríamos decir que continúa la orgullosa tradición de películas sobre personas atrapadas en lugares que solo querían visitar (o robar, como en 4x4 [+lee también:
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ficha de la película]). También podríamos decir que hay algo profundamente inquietante en la idea de estar atrapados de verdad en un sitio, siendo conscientes de que nadie vendrá a ayudarnos y de que se ha acabado la comida. O, simplemente, se podría decir que la película trata sobre un hombre que se desangra lentamente dentro de un inodoro portátil. La elección es vuestra.

Ese hombre es Frank (Thomas Niehaus), un arquitecto en pleno ascenso. Un hombre ambicioso, demasiado ocupado con su trabajo para darse cuenta de que ha estado descuidando a su pareja y relacionándose con un promotor malvado con problemas paternos (interpretado por Gedeon Burkhard, que recuerda a Lambert Wilson si este hubiera perdido repentinamente la cabeza). Cuando se despierta en su nueva celda, con un olor penetrante y una barra de acero atravesándole el brazo, le lleva un tiempo descubrir cómo ha llegado ahí, así como darse cuenta de que lo que gotea en su rostro no tiene nada que ver con la mujer sudorosa con un casco amarillo con la que estaba soñando. Supongo que a todos nos ha pasado.

Lo que ocurre a continuación era de esperar: Frank quiere salir, pero el hecho de que ya no pueda sentir su mano no es el único problema. Pronto tendrá lugar una demolición en el lugar exacto en el que se encuentra. Puede escuchar cómo se anuncia, y cuando su jefe le dice al público que "nuestro arquitecto está haciendo todo lo posible para estar con nosotros en este momento", Frank considera liberarse al estilo 127 horas [+lee también:
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ficha de la película]. Debe luchar por su vida, y nada, ni siquiera su ridícula ropa interior o una tapa de váter parlante, le impedirán intentarlo. Es divertido porque es estúpido.

Decir que la ópera prima de Rinker es una buena película sería ir demasiado lejos, pero su compromiso con la locura y la pura idiotez es digno de elogio. Los personajes dicen cosas como "esto es una mierda" constantemente, como si no hubiera suficiente de eso por ahí, y el final podría servir como la audición de Burkhard para Looney Tunes.

Además, la película supone una gran incorporación al canon de "las escenas de baño más desagradables de la historia del cine", que ya incluye gemas como Ghoulies II (con su tentador eslogan, "justo cuando pensabas que era seguro volver al baño...") o incluso Zombieland (con su regla de “cuidado con los baños”). Dicho esto, los problemas de Frank no tienen nada que ver con lo sobrenatural, solo con personas estúpidas y avariciosas que pasan demasiado tiempo en el trabajo. Se podría decir que si nos olvidamos de todos los excrementos, en realidad todo resulta muy familiar.

Escrita y dirigida por Lukas Rinker, Holy Shit! es una producción de Tonio Kellner y Jakob Zapf.

(Traducción del inglés)