09/05/2022 - En su ópera prima, Zaida Carmona homenajea con personalidad y arrojo a Éric Rohmer, pero sobre todo a las amigas de su vida

En El amigo de mi amiga, de la serie “Comedias y Proverbios”, de Éric Rohmer, se establecía una especie de juego amoroso entre un grupo de cuatro jóvenes en la ciudad moderna y funcional de Cergy-Pontoise, en el extrarradio de París. Las relaciones entre ellos se cruzaban y finalmente cada uno terminaba con quien no esperaba. Rohmer mostraba así el amor y el deseo como algo inesperado y azaroso, repleto de giros y posibilidades. Es lo que, a su manera, también hace la cineasta Zaida Carmona en La amiga de mi amiga [+lee también:
tráiler
entrevista: Zaida Carmona
ficha de la película], su ópera prima (aunque la directora ya cuenta con una interesante trayectoria en el corto), presentada en esta última edición del D’A Film Festival de Barcelona y ganadora del premio Un impulso Colectivo, sección en la que participaba.

Como anticipa su título, La amiga de mi amiga es un homenaje muy libre y atrevido a la película de Éric Rohmer. Carmona le da un giro al planteamiento del cineasta francés para recrearlo y llevarlo a su terreno. Ahora el juego amoroso se establece entre un grupo de amigas en el ambiente “queer” y “cultureta” de Barcelona. La propia directora interpreta a una joven neurótica y obsesionada con el amor, llena de dudas e inseguridades, que, tras una ruptura sentimental, se vuelve a la capital catalana, donde recupera el contacto con una vieja amiga que le introducirá en su círculo de amistades, artistas como la también cineasta Alba Cros, la música Rocío Saiz o la cantante Aroa.

Sobre todo, La amiga de mi amiga habla de la amistad, de su relación con el amor y el deseo, de su complejidad. También con las ficciones a través de las que tratamos de contarnos nuestras propias historias, con el cine, la música y las demás artes. Con ello, la cineasta plantea un sugestivo diálogo entre ficción y realidad. Además de artistas, las amigas también lo son en la vida real y eso está muy presente en la película, en la manera de ver y narrar de la directora. En parte, de ese juego de espejos entre lo ficticio y lo real procede la magia y la sinceridad de la película. Hay algo de esa complicidad única de la amistad que la recorre. De ahí deriva otra de sus grandes virtudes. Carmona refleja las cosas tal y como son en la vida, sin moralismos ni pretensiones ejemplificantes, con verdad. No hay condescendencia en la manera de narrar a las protagonistas. Son lesbianas, pero también son mucho más. Personajes con sus conflictos, sus dilemas, sus contrariedades, sus miedos y deseos, sus errores y aciertos. La directora hace algo que no sucede en muchas películas supuestamente “inclusivas” y “diversas”. Les da a sus personajes la oportunidad de ser algo más que una simple etiqueta.

En la película también hay algo de esa mirada libre y arrojada del primer Almodóvar o del cine “underground” de su compañero de quinta y coguionista Marc Ferrer, de sus imaginarios, de sus formas de retratar el alma de un lugar y una generación. Con ligereza y a la vez cierta profundidad, al ritmo de pegadizas canciones pop, de los sitios que frecuentan las protagonistas o la ropa que visten, de sus modos de relacionarse entre ellas y con su entorno, Carmona plasma ese mundo singular de la película.

La amiga de mi amiga es un homenaje muy personal al cine que ha marcado a su directora, a las ficciones que le han hecho soñar. Pero, ante todo, a esas amigas que son parte de su vida y a las que también se debe. Con ello, termina siendo una película muy grata de ver, preciosa y divertidísima. Una película que consigue ir más allá de esos referentes para ser ella misma.

La amiga de mi amiga es una producción de la productora FDEZ&VERA.