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Crítica: Petites

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- La tercera película de Pauline Beugnies es un documental que se fija en los efectos del conocido caso Dutroux en la sociedad belga, especialmente en los que eran niños en ese momento

Crítica: Petites

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, el tercer largometraje de la guionista y directora belga Pauline Beugnies, que se ha estrenado a nivel mundial en Hot Docs, se remonta al terrible caso Dutroux, posiblemente el primero que realmente llamó la atención pública sobre la pederastia en la década de 1990. Aunque el caso en sí está bien documentado, aquello en lo que Beugnies se centra es en los efectos que tuvo en la sociedad belga, sobre todo en la generación de personas que eran niños por aquel entonces.

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La película está compuesta casi en su totalidad por imágenes de archivo: reportajes de televisión y vídeos caseros de los años 90 acompañados de la voz en off de personas que tenían entre 7 y 17 años cuando Marc Dutroux empezó a secuestrar niñas. El miedo sirvió para que todos los ciudadanos de esta nación notoriamente dividida fueran a una y, cuando el pederasta y sus cómplices fueron detenidos en 1996, empezaron a salir a la luz detalles de la incompetencia de los servicios estatales. Los medios de comunicación cubrieron ampliamente la historia, y la gente mostró una indignación sin límites. Resultó que las dos primeras niñas secuestradas, que aparecieron muertas de hambre, podrían haberse salvado si la gendarmería y la policía federal hubieran trabajado juntas en lugar de sabotearse mutuamente.

Tras semanas de manifestaciones caracterizadas por la furia de las masas, la revuelta pública culminó en la llamada Marcha Blanca, en la que 350.000 personas marcharon en silencio por las calles de Bruselas. Sin embargo, eso fue todo, no se produjo ningún debate público real, inteligente ni centrado en la cuestión posteriormente, ni siquiera después de la sentencia que condenaba a los autores, dictada en 2004. Muchas preguntas quedaron sin respuesta tras el juicio, y el asunto siguió constituyendo una mancha en el alma de la nación. La gente ha quedado traumatizada con todos estos sucesos, y nunca ha recuperado la confianza que una vez tuvo en su gobierno. Esta historia cambió la forma en que la gente se miraba entre sí, las relaciones en el seno de las familias se vieron alteradas y todo desconocido pasó a ser visto como una potencial amenaza. No cabe duda de que fue este el caso que acabó por despertar la conciencia general de la población mundial sobre los abusos sexuales a menores, pero el incesto y la pederastia siguen siendo temas tabú a día de hoy.

Sin embargo, quienes han quedado marcados de la forma más compleja, insidiosa y espeluznante son las personas que entonces eran niños. En el documental se muestran al menos veinte testimonios diferentes a modo de voz en off colectiva con la que se describe el ambiente de los años noventa. La noticia ocupó las portadas de todos los periódicos y los padres empezaron a prohibir salir a sus hijos, pero a nadie se le ocurrió la idea de apagar el televisor. Muchos niños al borde de la adolescencia escucharon hablar del sexo por primera vez en todos aquellos informes sobre abusos sexuales. En aquella época, hablar de sexo con tus padres era impensable, y el sistema escolar no hacía más que dar consejos de seguridad a los niños, lo cual resultó de lo más confuso para ellos, ya que previamente se les había enseñado a respetar a los adultos.

La película constituye un impactante recordatorio de lo mucho que ha cambiado la conciencia pública en solo 25 años, así como de lo perjudicial que fue todo aquello. Al sumergirnos de forma convincente en este mundo a través la calidad específica de las imágenes y el sonido del VHS y la televisión de la época, Beugnies analiza con sorprendente sagacidad una serie de temas que siguen siendo tabú hoy en día, aunque ahora seamos mucho más conscientes de lo importante que es que los niños se sientan libres para hablar de las preguntas que les surgen y de las experiencias que tienen. El caso Dutroux fue todo un punto de inflexión para Bélgica y el mundo occidental, pero los efectos que ha tenido en la población son mucho más complejos de lo que nadie recuerda, y esa es la razón por la que Petites es una película tan importante en lo que consideramos una época ilustrada.

Petites es una coproducción de las belgas Rayuela Productions y Diplodokus, y sus ventas internacionales corren a cargo de la parisina Reservoir Docs.

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(Traducción del inglés)

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