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ANNECY 2022

Crítica: Nayola

por 

- El apasionante primer largometraje de animación de iniciativa portuguesa ofrece una notable demostración del rebosante talento artístico del cineasta José Miguel Ribeiro

Crítica: Nayola

"Sed bienvenidos a Angola, en donde los problemas abundan… La lucha por la supervivencia, día tras día.” De la llamada a la guerrilla urbana entonada por una rapera perseguida por la policía en la capital en 2011 a la guerra civil en 1995 con una mujer que busca a su marido desaparecido en combate (un conflicto que devastó el país entre 1975 y 2002 después de la guerra de la independencia), Nayola [+lee también:
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ficha de la película
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, el primer largometraje de José Miguel Ribeiro, presentado a competición en el 41.° Festival de Cine de Animación de Annecy, se sumerge en el atormentado corazón de un drama nacional de largo recorrido: "hemos matado tanto, hemos tenido tantos muertos, que ya no queda mucha gente que pueda contar cómo ha sido."

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Al relatar una locura asesina en la que distinguir el buen lado del malo acaba por no tener sentido alguno en un ambiente de escombros, bombardeos, campos de minas, tortura por simulación de ahogamiento en el gasoil y ejecuciones sumarias en las zonas casi desérticas, la película refleja dos épocas y tres generaciones de mujeres: Lelena (la abuela), Nayola (la hija) y Yara (la nieta). Arriesgando su vida en medio de los combates de 1995, la segunda busca desde hace ocho años a su marido Ekumbi, que se fue al frente y desapareció. En la Angola "en paz" de 2011, Yara intenta por su parte difundir de manera clandestina álbum de música titulado Novo país (lit. “país nuevo”) ("no acepto vivir en un país que nos oprime en vez de protegernos. ¿El que piensa de otra forma no tiene derecho a la libertad de expresión? ¿Y mis derechos? ¿Canto sobre la realidad y por ello merezco un castigo?"), mientras vive con su abuela porque su madre nunca volvió. Dos temporalidades que empezarán a desovillarse con la llegada a la casa de Yara de un amenazador personaje enmascarado…

Más allá de conseguir una impresionante restitución histórica al ritmo de las deflagraciones del pasado y los registros nocturnos del presente más cercano, ambas cosas dando a la película un cautivador pulso de cine de acción y un tono de compromiso pacifista y feminista (gracias a un guion escrito por Virgílio Almeida adaptando la obra A Caixa Preta de Mia Couto y José Eduardo Angualusa), la película también golpea gracias a su desarrollada sensibilidad artística. Las variaciones en el tratamiento de la animación (más o menos realista) en función de la alternancia de las dos épocas del relato, ambientadas respectivamente en la naturaleza y en la ciudad, la inserción de fascinantes pasajes oníricos próximos a la pintura, la gran calidad de su puesta en escena (movimientos, transiciones, etc.); José Miguel Ribeiro expone una gran paleta de talentos como cineasta de animación, consiguiendo un bello equilibrio entre una historia finalmente simple pero edificante sobre un caos bélico que ha fagocitado casi por completo a un país, la transmisión de los valores de defensa de los derechos y la perseverancia en la creencia en los ideales perdidos a veces en el vórtice de los conflictos, y la magia ancestral de una dimensión paralela en la que el humano debe purificarse de sus malas acciones más oscuras.

La película, la primera de animación de iniciativa portuguesa de la historia, ha sido producida por Praça Filmes junto a las belgas S.O.I.L. Productions y Luna Blue Films, la francesa JPL Films y la holandesa il Luster. De las ventas se ocupa Urban Sales.

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(Traducción del francés)

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