06/07/2022 - La película de Ioseb “Soso” Bliadze demuestra que el mayor drama siempre ocurre en los lugares más pequeños

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ficha de la película], aunque de una escala más microscópica, no parece apresurada. Es una visión amable de la soledad, el abuso, la atracción y una sociedad que todavía favorece la palabra de un hombre sobre la de una mujer. En realidad, todas las sociedades.

Tina (Taki Mumladze) parece tímida y retraída, pero está decidida a cambiar su vida. Nunca ha tenido un trabajo, nunca ha vivido sola, pero en este momento, todo lo que necesita es una compañera de piso. Nos encontramos en medio de la pandemia, por lo que Megi (Mariam Khundadze) no puede permitirse ser demasiado exigente, aunque Tina dice que solo necesita un lugar para quedarse por poco tiempo. Al parecer, su novio ya la está esperando para llevarla a su nuevo hogar, pero no puede evitar sentirse intrigada por Megi, una joven independiente, fumadora empedernida y que no responde ante nadie.

La situación nos recuerda inmediatamente a Mujer blanca soltera busca… (1992), y su original violencia con tacones de aguja, pero no estamos ante ese tipo de historia. A diferencia de muchos directores que recurren a la perspectiva femenina porque está “de moda” en la actualidad, Bliadze le pide ayuda a Mumladze, que además de interpretar a Tina firma el guion junto a él. Cuentan la historia juntos, en cierto modo. Esto es relevante porque, cuando la película da un giro hacia un territorio más sexual, es tan vergonzoso como comprensible. Después de todo, Tina está en una búsqueda activa.

Hay muchos temas que tratar, la mayoría bastante pesados, pero todos estos problemas apenas se mencionan de pasada, incluso el descubrimiento más importante sobre la verdadera razón que llevó a Tina a hacer sus maletas y marcharse, dejando atrás su matrimonio y a su familia. Con una sonrisa incómoda y una sensación de vergüenza, porque cuando escuchas constantemente que todo es culpa tuya, tú también empiezas a creerlo.

El problema es que sigue centrándose en otras personas y en otros cuerpos, en lugar de en sí misma (seguramente porque le resulta más fácil de esa forma). Cada vez que besa o abraza a alguien, lo hace de un modo desesperado y ansioso. Sin embargo, llegados a este punto, la cercanía, o incluso el placer, no son suficientes. Primero debe enfrentarse al trabajo real: construir una vida propia, desde el principio, tal como dijo Virginia Woolf. “Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si quiere escribir ficción”. O simplemente existir, sin preocuparse de hacer algo "mal" y que alguien se lo arrebate todo.

Filmada durante la pandemia, la película de Bliadze no necesita todo ese trasfondo, aunque las historias de víctimas de abuso doméstico retenidas en sus propios hogares durante el confinamiento impregnan toda la obra. Hay comentarios políticos, y también interminables fiestas con alcohol, pero cada vez que Mumladze y Khundadze comparten la pantalla (aparentemente, son amigas en la vida real), todo parece cobrar vida. Se trata de una película sorprendentemente conmovedora y bien dirigida. Ahora que lleguen los premios.

A Room of My Own es una producción de Maisis Peri (Georgia) y Color of May (Alemania).

(Traducción del inglés)