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KARLOVY VARY 2022 Competición

Crítica: America

por 

- En su segundo largometraje, el director israelí Ofir Raul Grazier crea otra historia psicológicamente compleja y estimulante sobre las relaciones, con un fuerte componente sensual

Crítica: America
Ofri Biterman y Michael Moshonov en America

El director israelí Ofir Raul Grazier regresa a la competición de Karlovy Vary (después de presentar El repostero de Berlín [+lee también:
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en 2017) con su segundo trabajo, America [+lee también:
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. Se trata de otra historia ingeniosamente estructurada y psicológicamente compleja sobre las relaciones, que se reserva una gran cantidad de información para mantener al espectador interesado. Al igual que su ópera prima, el nuevo trabajo del director también pone el énfasis en la sensualidad y el tacto.

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Cuando Eli (Michael Moshonov) recibe la llamada de un abogado para informarle sobre la muerte de su padre, con quien perdió el contacto hace más de diez años, el joven está trabajando como entrenador de natación en Chicago. Ahora debe volver a Tel Aviv para encargarse de la herencia, es decir, la casa familiar que Eli abandonó para marcharse a los Estados Unidos tan pronto como fue mayor de edad.

Una vez en Israel, Eli se reencuentra inmediatamente con su mejor amigo de la infancia, Yotam (Ofri Biterman), que dirige una floristería junto a su prometida, Iris (Oshrat Ingedashet). Para revivir los viejos tiempos, los dos amigos visitan un arroyo donde solían jugar cuando eran niños. Mientras Eli echa una siesta, Yotam resbala y se golpea la cabeza contra una roca, por lo que acaba en estado vegetativo.

Diez meses después, Eli todavía está en Tel Aviv, renovando la casa con la intención de venderla. Por su parte, Iris está enterrada en deudas, pero cuando el amigo de su prometido la invita a diseñar su jardín, ella decide aceptar el trabajo. En uno de los extraños giros que podemos intuir en la película, los dos comienzan a pasar tiempo juntos y se enamoran. Y cuando Yotam se despierta repentinamente al cabo de seis meses, todos deberán reevaluar sus sentimientos, y Eli lo hace cortando el contacto con la pareja.

Todos los personajes cargan con traumas de su infancia, pero Eli es el que más nos sorprende. Descubrimos que su padre, un héroe de guerra y oficial de policía condecorado, solía abusar de su esposa, lo que podría haber provocado su suicidio. Este es probablemente el origen de la rabia oculta que percibimos en la impresionante interpretación de Moshonov, a través de un sutil lenguaje corporal acentuado por el diseño de vestuario de Lilu Godfine. No obstante, hay más: la madre de Yotam le dice a Iris que los dos niños siempre tuvieron una relación asombrosamente cercana, refiriéndose a ella como "telepática".

El personaje de Ingedashet no es menos interesante. Hija de padres etíopes religiosos y estrictos, su educación tuvo como resultado su resistencia a las instituciones y a la autoridad. Sin embargo, Grazier insinúa de forma casi imperceptible cómo su condición racial marca su comportamiento, sin ponerla nunca en situaciones obvias que lo confirmen explícitamente.

Mientras que en El repostero de Berlín el director acentuaba la sensualidad de la película mediante la dimensión táctil de preparar y disfrutar de la comida, en America ese papel lo cumplen las flores y las hierbas (casi podemos oler la salvia cuando Iris se la lleva a Yotam en el hospital), así como el agua que salpica los cuerpos de los jóvenes mientras nadan.

La dirección de fotografía clásica y panorámica de Omri Aloni destaca unos colores brillantes que son tan tangibles como la sólida estructura de la película. Una vez más, igual que en su debut, Grazier combina todos estos elementos para crear una historia compleja que invita a la reflexión y que a menudo resulta narrativamente ambigua pero emocionalmente directa.

America es una coproducción entre la israelí Laila Films, la alemana Schiwago Film y la checa Mimesis Film. La firma alemana Beta Cinema se encarga de los derechos internacionales.

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(Traducción del inglés)

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