02/09/2022 - VENECIA 2022: El toque poético de Mark Cousins es una decisión extraña para una película sobre algo tan serio como el ascenso del fascismo

Han pasado cien años desde la marcha sobre Roma con la que el Partido Nacional Fascista de Benito Mussolini tomó el poder en Italia. Ha pasado poco más de un año desde el asalto al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero por parte de un grupo de simpatizantes de Trump, descontentos con los resultados de las elecciones presidenciales. Cuando Mark Cousins ​​establece por primera vez un paralelismo entre estos dos acontecimientos al comienzo de su nuevo documental, The March on Rome [+lee también:
tráiler
entrevista: Mark Cousins
ficha de la película], estrenado como un evento especial de apertura, fuera de competición, en las Giornate degli Autori del Festival de Venecia, el efecto es alarmante y para nada convincente. Aunque a primera vista pueden parecer comparables, el primero fue un momento relativamente inocuo que no anticipaba lo que Mussolini haría después de alcanzar el poder, mientras que el segundo fue el último aliento de un régimen perdedor y pareció mucho más significativo de lo que resultó ser. La idea de una conexión entre ambos acontecimientos solo cobra un poco más de sentido al final de la película.

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Sin embargo, a lo largo de toda la cinta, los sentimientos de aprensión y escepticismo nunca desaparecen por completo, ya que Cousins ​​construye su argumento centrándose en los extraños ecos y resonancias a través de la historia, en lugar de en las secuencias de hechos o los bloques lógicos para construir argumentos complejos. Al igual que en sus películas anteriores, Cousins improvisa con sus propias ideas, con las imágenes que ve, se va por las ramas y se divierte estableciendo conexiones entre el sonido, la imagen y la narración. No obstante, se trata de un enfoque intrínsecamente selectivo, que traza hermosas constelaciones entre ciertos elementos e ignora aquellos que no encajan (un enfoque que parece inadecuado para una película sobre algo tan complejo como la historia política y social).

Al no ser una experta en Mussolini ni en la historia italiana, a menudo me preguntaba qué podría haber dejado fuera Cousins en su visión vagamente estructurada acerca de la marcha sobre Roma y sus consecuencias. En ocasiones, podemos tener la intención de pausar la película para revisar algunas de las grandes declaraciones que hace el director, o comprobar qué otros aspectos de la marcha pudo haber ignorado o pasado por alto.

Gran parte de The March on Rome es un análisis ​​de Cousins sobre la película de propaganda A Noi (1923), de Umberto Paradisi, que tergiversa la marcha de octubre de 1922 en lugar de documentarla. Con simples trucos de edición, lo que en realidad fue una marcha a través del barro y la lluvia, poco concurrida, se transforma en una celebración triunfal y soleada. El director hace que las pequeñas multitudes en Roma parezcan tres veces más grandes de lo que realmente eran.

Es una buena lección de cine y propaganda, pero, ¿cómo juzgamos la afirmación que hace Cousins ​​sobre que A Noi ha inspirado a los fascistas de todo el mundo a lo largo de la historia y continúa haciéndolo a día de hoy? Como muchas otras cosas en la película, se nos pide simplemente que confiemos en su palabra. En ese contexto, las técnicas poéticas empleadas habitualmente por Cousins resultan mucho menos inocentes que en la mayoría de sus otros trabajos, ya que parecen diseñadas a propósito para distraer nuestra atención de esas preguntas y preocupaciones que nos asaltan constantemente.

Los segmentos de ficción intercalados a lo largo de la película también muestran a la actriz italiana Alba Rohrwacher como una mujer italiana de los años 20 y 30, dando cuerpo y voz a la esperanza y la desilusión que muchos italianos pudieron sentir en ese momento con la llegada del fascismo, que devastó sus vidas y luego desapareció. Aun así, por muy evocadores que sean estos fragmentos, es difícil no preguntarse: ¿cómo lo sabe?

The March on Rome es una producción de la italiana Palomar. I Wonder Pictures se encarga de la distribución italiana, mientras que The Match Factory se ocupa de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)

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Mark Cousins
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