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VENECIA 2022 Orizzonti Extra

Crítica: Nezouh

por 

- VENECIA 2022: La cineasta siria Soudade Kaadan explora el dilema entre irse y quedarse en una ciudad destrozada por la guerra a través de una alegórica historia de emancipación femenina

Crítica: Nezouh
Nizar Alani y Hala Zein en Nezouh

“Las bombas no pueden tocar las estrellas”. Tener fe en el futuro, superar los miedos, esperar en lugar de soportar, ser pragmática sacudiéndose la inercia y apoyándose en los recursos de la imaginación, y sobre todo que las mujeres tomen su independencia y den la espalda al patriarcado tradicional: esas son las principales temáticas abordadas por la cineasta siria (nacida en Francia y afincada en Londres) Soudade Kaadan en su segundo largometraje, Nezouh [+lee también:
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, presentado en el programa Orizzonti Extra de la 79ª Mostra de Venecia. Una película alegórica en la línea de su primera obra, The Day I Lost My Shadow [+lee también:
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(premiada en el Lido con el León del Futuro en 2018).

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“No es el fin del mundo”, “Hemos puesto todo nuestro dinero en este apartamento. ¡Nos quedamos!”, “La casa no está tan dañada. Dios debe amarnos por haber salvado nuestras posesiones. Estoy contento”. En pleno centro de Damas, donde la guerra está en su apogeo, Motaz (Samir al-Masri) pulsa los botones del optimismo forzado a niveles raramente alcanzados. Pues los bombardeos amenazan sin cesar en un tiempo suspendido angustiante, francotiradores y patrullas armadas ocupan las calles desiertas y devastadas de la ciudad, y el agua, la electricidad y la comida comienzan a escasear, algo que obliga al padre de familia a correr riesgos. Pero el miedo a convertirse en un refugiado, un errante, es mucho más fuerte y Motaz se aferra a su hogar como un mejillón a su roca, imponiendo su punto de vista a su esposa, Amer (Nizar Alani), y a su hija, Zeina (Hala Zein). Agujeros que aumentan su tamaño cuando una bomba abre enormes brechas en las paredes de todo el apartamento y en el techo de la habitación de la adolescente, mientras el padre se apresura a cubrirlas con telas. Pero, para Zeina y para su madre, el acontecimiento abre perspectivas totalmente nuevas, horizontes iniciales, en un apartamento cubierto de escombros y polvo. Y una joven vecina, Halla (Kinda Alloush), surge en el panorama, tirando una cuerda desde el techo (para que Zeina pueda reunirse con ella por la noche) y menciona la existencia de un túnel para salir de Damas… La madre y su hija deciden irse, pero el padre nunca estará de acuerdo…

Nezouh, con ideas surrealistas muy bonitas (el cielo se transforma en mar sobre el que Zeina tira piedras, las telas que ocultan los daños se inflan como velas, etc.), consigue a través del escenario a puerta cerrada de su primera parte reconstruir a la perfección, siguiendo el hilo de la tragicomedia, el dilema entre quedarse o irse, todo el peso del ambiente de guerra y la dificultad de romper con la dominación social del patriarcado (“tú eres como mi padre: me dices lo que tengo que hacer”). Sin embargo, la inclinación hacia el minimalismo narrativo y el espíritu voluntarioso de la fábula diluyen enseguida, pese a los múltiples esfuerzos de la puesta en escena (quizás demasiados), la fuerza del mensaje dirigido a las mujeres: “no mirar atrás”.  

Nezouh ha sido producida por la sociedad inglesa Berkeley Media Group y KAF Production (la sociedad de la cineasta) con la sociedad francesa Ex Nihilo. mk2 films gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del francés)

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