Crítica: Innocence
por Elena Lazic
- VENECIA 2022: El documental de Guy Davidi se centra en vídeos caseros y diarios de jóvenes israelíes que murieron durante su servicio militar obligatorio
Cualquier estado que dependa en gran medida de su ejército tratará de forma natural de convencer a otros países de la majestuosidad de sus filas y de la valía de sus usos. Si dispone de los medios para hacerlo, puede incluso tratar de convertirlo en un activo lucrativo e interesante para otros países. Esto no solo es aplicable a Israel, pero Israel es uno de los pocos países que todavía tienen un servicio militar obligatorio y, por lo tanto, necesita dar a conocer la grandeza de su ejército dentro y fuera de sus fronteras. En Israel y en Occidente, el servicio militar suele ser visto como punto de inflexión, una tradición extraña pero en el fondo inofensiva. Innocence [+lee también:
tráiler
entrevista: Guy Davidi
ficha de la película], de Guy Davidi, estrenada en la sección Orizzonti del Festival de Venecia, cuestiona el statu quo israelí y lo hace centrándose en los niños que no lograron regresar de su tiempo de entrenamiento en las Fuerzas Armadas de Israel.
Lo que más llama la atención del documental es el modo en que consigue ser a la vez brutalmente realista e increíblemente poético. Los vídeos caseros de cuatro niños en concreto los muestran hablando despreocupadamente de su próximo servicio, pero también de cosas de niños. A algunos de ellos se les ve en distintos momentos de su cortísima vida, y así vemos por ejemplo a niños pequeños bailando en casa o a adolescentes haciendo películas en stop-motion en sus habitaciones. Esta sensación de inmediatez e intimidad se ve agravada por las anotaciones leídas como voz en off de sus diarios y de los de otros aprendices no vistos y a veces no nombrados. En ellas, cada uno habla con una elocuencia desgarradora sobre sus esperanzas en el futuro y, en concreto, sobre el servicio militar. Presentado de forma directa, este material habría sido muy impactante. Pero en lugar de limitarse a documentar los hechos y los pensamientos de estos soldados en formación muertos, Davidi también intenta que sintamos lo mismo que ellos: solos, alienados de sí mismos y de todos los que les rodeaban, culpables y desesperados.
La estructura impresionista y onírica de la película se hace eco, por tanto, del tormento psíquico de sus protagonistas, de los que poco a poco descubrimos que sentían una creciente repugnancia ante la idea de la formación castrense, que a su vez les hacía sentirse solos y aislados en una sociedad en la que servir es un acto patriótico esencial. Davidi sabe que no necesita hacer grandes declaraciones ni citar estadísticas para demostrar la existencia de esta cultura; se percibe en la forma evasiva en que los chicos de las películas caseras responden a las preguntas entusiastas de sus progenitores sobre este importante momento de sus vidas. También salta a la vista en las sorprendentes escenas documentales rodadas por Davidi en el Israel actual, que muestran a dos niños durante un día cualquiera de clase. Se ve a un niño pequeño dibujando soldados mientras su profesora muestra una foto de sí misma de su propio servicio militar; en otra escuela, una niña algo mayor se da cuenta por primera vez de que el servicio militar es obligatorio. Más adelante en la película, se ve a uno de los jóvenes muertos que vuelve a casa después del entrenamiento del fin de semana con un enorme rifle militar al hombro, y se le ve entrar en el salón. En todo caso, el hecho de que Davidi no insista en la omnipresencia de la cultura militar no hace más que reforzarla, dejándonos solos ante la absurdidad de que los niños hablen de matar o de llevar armas
Innocence muestra a sus protagonistas como víctimas, pero nunca como personas ingenuas que siguieron las reglas sin pensar. Estos hombres y mujeres jóvenes que murieron no tan jóvenes como para no saber que matar era un acto grave, al contrario: la película de Davidi sugiere que es lo primero que se sabe. Esta reticencia a causar daño era su inocencia, y no se utilizó en su contra; era un obstáculo que había que derribar. La película de Davidi y las palabras de sus protagonistas nos permiten ser testigos de la asfixiante presión a la que estaban sometidos, de su desesperación ante la idea de aprender a matar y de su aplastante sensación de que, como escribe uno de ellos, "nunca cumplirás tus sueños. Nunca serás libre para ser tú mismo".
Innocence está producida por Real Lava, Danish Documentary Production, Making Movies, Sagafilm y Medalia Film. Las ventas internacionales las gestiona Autlook Filmsales GmbH.
(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)
Galería de fotos 05/09/2022: Venecia 2022 - Innocence
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