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VENECIA 2022 Fuera de competición

Crítica: The Kiev Trial

por 

- VENECIA 2022: El cineasta Sergei Loznitsa presenta una inquietante mirada a un juicio a oficiales nazis durante la posguerra

Crítica: The Kiev Trial

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. Conocido en su país natal como el “Núremberg ucraniano”, fue un juicio de posguerra a 15 nazis y sus colaboradores, que tuvo lugar en la ciudad del mismo nombre en enero de 1946. La película, estrenada en la sección Fuera de Competición de la 79ª edición del Festival de Venecia, es un examen moral de las zonas grises involucradas en la necesidad de retribución y el “efecto show” de los juicios de guerra.  

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Empieza en medio del paisaje nevado y blanco de Kiev en enero, donde las ruinas de los bombardeos emergen entre la nieve como dientes que apuntan al cielo, algo que establece el estado de ánimo ante el juicio inminente. El metraje, grabado por un equipo de profesionales del Estudio de Cine Documental de Moscú, parece expresar el hecho de que los soviéticos hicieron todo lo posible por aguantar mientras reforzaban la naturaleza destructiva de la ocupación alemana. Después de todo, 15 hombres y los muchos testigos que participaron en el juicio solo pueden testificar recuerdos, y quizás el número de víctimas. Pero son aquellos con quienes la película construye su horroroso impulso. El tono casi casual y la escalada en el número de víctimas mencionado evoca un sentimiento extraño.

Centrado en los rostros impasibles de los soldados alemanes, así como en las expresiones aparentemente afligidas de los testigos, no se puede negar que el metraje estaba destinado a servir a un propósito unificador, que formara una identidad soviética colectiva. Loznitsa, que montó y editó las tres horas de metraje hasta convertirlas en una hora y media, construye estas historias de crímenes de guerra, que empezaron como “simples” arrestos y multas monetarias, luego aumentaron el crescendo emocional con la aniquilación de pueblos y grupos étnicos, hasta llegar a un recuerdo de la matanza de Babi Yar, donde 33.000 judíos fueron asesinados en un barranco cerca de Kiev en 1941.

Loznitsa ofrece a sus espectadores una orientación narrativa insertando títulos que contienen el nombre del autor o de los testigos, y el delito cometido. La magistral restauración del metraje de Jonas Zagorskas le permite escuchar con claridad la manera práctica en que los oficiales alemanes relatan los hechos. Hay frustración cuando estos hombres emplean el enfoque burocrático de restar importancia a su papel en estos hechos, respondiendo, como muchos de ellos en juicios posteriores, “No sé”, “No estaba allí” o “No di la orden”.  

Los delitos también se extienden más allá de la persecución a la población judía, mostrando el asesinato en masa de ucranianos y rusos, en nombre de crear un Lebensraum, espacio vital (o, como en el caso de mujeres y niños que recibieron disparos, “simplemente estaban corriendo por el pueblo”). Los que sobrevivieron se quedaron sin nada: la política de tierra arrasada exigía que todo fuese quemado.  

Pero Loznitsa también mira hacia el otro lado. Su documental no termina con la obvia sentencia a muerte de los criminales nazis, sino con su ahorcamiento real en una plaza abarrotada de Kiev el 29 de enero de 1946. Hay un ambiente festivo, ya que la multitud se muestra impaciente ante un espectáculo, y celebra cuando los cuerpos sin vida siguen colgados. Loznitsa no pide compasión. En lugar de eso, muestra lo fácil que es convertir la justicia en una espectacular venganza (un debate al que la Ucrania moderna deberá enfrentase tarde o temprano, dadas las circunstancias geopolíticas).

The Kiev Trial ha sido producida por Atoms & Void (Países Bajos) y el Babyn Yar Holocaust Memorial Center (Ucrania).

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(Traducción del inglés)

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